Qué minuto más incómodo. Es como ese momento cuando llevas a tu primer novio a casa para presentárselo a tus padres. Así de mal me encontraba, quizás era peor, como cuando una chica adolescente le va a contar a sus padres que está embarazada.
Mi mejor amigo y mi novio se miraban como si pudieran matarse. ¿Por qué no podía ser como aquella vez cuando Theo conoció a James? ¿Por qué sentía que este par nunca se iba a llevar bien?
_ ¿Te quedas a almorzar James? –Preguntó mi madre- Blake se va a quedar, será bueno que lo conozcas. Es uno de los mejores amigos de Julieta… se conocen desde el instituto. –Pero en vez de James habló Blake-
_ Me encantaría quedarme a probar tu comida Malu –Habló Blake- Pero la verdad es que tengo mucho trabajo pendiente así que debo irme.
_ Si trabajas demasiado vas a enfermar –Lo regañó mamá- Ven a comer con nosotros mañana, prepararé la comida favorita de Juli.
_Claro –Dijo Blake- Me encantaría.
Blake se despidió cariñosamente de mi familia para luego estrechar la mano de James. Lo llevé hasta la puerta y me despedí de él. Ahora me tocaba enfrentar a James y no estaba segura de lo que debía decir.
Volví junto a mi novio, quien se encontraba hablando con mi madre sobre su trabajo.
_ Iré a terminar la comida –Mencionó Mamá-
_ ¿Crees que podamos hablar un momento a solas? –Preguntó James, por lo que asentí con la cabeza para luego indicar mi habitación-
En un incómodo silencio fuimos hasta mi habitación, lo dejé pasar primero y cerré la puerta para evitar los oídos curiosos de mis padres, en específico los de mi madre.
James tomó entre sus manos un chaleco que colgaba a la orilla de mi cama, un regalo que me había traído Blake desde New York. El chaleco era negro, con capucha y en el frente tenía en letras de color blanco con la frase típica de “I love New York” con un corazón rojo.
Por lo general las personas se llevan llaveros de recuerdo o ese tipo de cosas, a mí siempre me han gustado las poleras o chalecos que tengan el nombre del lugar y fue lindo que Blake recordara algo como eso.
_Nunca mencionaste a ese tal Blake –Habló por fin James dejando el chaleco en su lugar-
_ La verdad es que no nos veíamos hace más de un año y medio con Blake, él terminó un año antes la universidad y se fue… por eso no lo conocías. –Aclaré-
_Eso no era impedimento para que lo mencionaras.
_No lo mencioné porque estábamos distanciados… en realidad yo estaba molesta así que solo omití su existencia, no entiendo por qué te importa tanto el hecho de que no mencionara a mi amigo. –Fruncí el ceño-
_Simple curiosidad. –Dio un repaso a mi habitación- Siempre has sido bastante desordenada.
_No creo que estés aquí para hablar de mi capacidad de organización, ¿por qué no dice de una vez lo que quieres decir y terminamos con este incómodo momento? –No quería sonar molesta, pero sin duda James estaba sacando lo peor de mí-
_ Creo que me has ocultado muchas cosas –Yo lo veo confundida, sinceramente no sé a qué se refiere- Estás mostrando una personalidad que no conocía.
_ Entonces estamos iguales –refuté- Porque el James que prácticamente me gritó por teléfono el otro día no es el chico que yo conocí.
_ Cuando nos molestamos podemos salirnos de nuestras casillas, es cosa de verte. –Me apunta con su dedo, lo cual por alguna razón me molesta aún más- Entiendo que te enojes conmigo, pero odio que tú no me entiendas a mí.
_Entonces explícate porque para ser sincera con todo esto que estás diciendo lo único que consigues es que mi molestia aumente.
_ Ya te lo dije –Pasa una mano por su cabello- Me molesta que siempre me dejes en último lugar.
_Sabes que eso no es cierto, el otro día Theo estaba pasando por un muy mal momento y yo, como su mejor amiga, debía estar ahí para apoyarlo.
_ Creo que estoy celoso de tus amigos, esa es la verdad. –Baja la cabeza y puedo notar que está avergonzado. Y debería estarlo porque eso es lo más ridículo que puede pasar por su mente-
_ ¿Sabes lo ridículo que es eso? –Levanto una de mis cejas pero él no me ve-
Me da pena verlo de esa forma. Creo que de algún modo lo entiendo. Para mi suerte, James tiene dos mejores amigos y suele mantener a raya a todas las mujeres que intentan coquetear con él, además de que no tiene amigas. Por el contrario, yo solamente tengo dos amigos y no suelo congeniar con las mujeres, por lo tanto, es comprensible que se ponga un poco celoso. Probablemente, si él tuviera dos mejores amigas yo también me sentiría mal.