Mi último primer beso

Capítulo 25

No pensé que conseguir dos días libres en el trabajo sería difícil. Bueno, no era mi jefe quien me estaba poniendo problemas, más bien se trataba de mi inseguro novio.

Desde que entré a este nuevo trabajo me estuve esforzando al máximo, tomando varios turnos extras y quedándome hasta altas hora de la noche. Por lo cual, al momento de pedirle a mi jefe dos días libres este no puso problemas mientras consiguiera quién tomara algunos de mis turnos. Hasta ahí todo parecía sencillo ya que James podría cubrirme.

Mi sorpresa fue que mi querido novio se negaba rotundamente a sustituirme para que yo pudiera viajar a New York.

_ James –Intenté respirar profundamente y hablar de la forma más calmada y sensata posible o simplemente terminaríamos peleando como los días anteriores- Pensé que ya habíamos dejado clara mi relación con mis amigos y en este momento uno de mis mejores amigos me necesita más que nunca ¿Por qué no puedes entenderlo?

_ No puedo creer que me pidas que me quede tranquilo cubriendo tus turnos para irte por dos días con tres hombres. –Dice serio y puedo notar en su tono de voz que cada vez se molesta más, al igual que yo-

_ Lo dices como si estuviera abandonando mi trabajo para ir a hacer una orgía. –Respondo irónica- Blake está pasando por un momento difícil y nos necesita con él.

_ ¿No tiene familia que lo acompañe? –Su tono burlón hace que la poca paciencia que estaba guardando se acabe-

_ ¡No puedes ser más imbécil! –Exploto y sé que en este momento debo tener la cara completamente roja como Campanita- Sabes, no necesito nada de ti… ya veré como me las arreglo. Espero que para cuando vuelva dejes de comportarte como un idiota. –Estoy dispuesta a irme cuando escucho su voz decidida-

_ Julieta –Y me tenso porque nunca lo había escuchado así- Si sales por esa puerta olvídate de mí.

Me quedo quieta por unos segundos y estoy segura de que piensa que voy a obedecer su orden, pero si cree eso es porque no me conoce ni en lo más mínimo. Me molesta demasiado que crea que por ser mi novio, y prometido, pueda chantajearme de esa forma.

Nunca pensé que James me diría algo como esto, pero ya ven…uno nunca deja de conocer a las personas realmente. Me pone entre la espada y la pared.

Lágrimas de rabia y dolor comienzan a correr por mis mejillas. Me doy la vuelta para ver nuevamente a James. Noto que se sorprende al verme de esa forma.

_ Nunca pensé que llegaríamos a este punto –Seco mis mejillas- Si me estás poniendo condiciones cuando sabes que mis amigos son importantes para mí es porque no me amas… Si esto tiene que llegar hasta aquí, perfecto, hasta aquí llegamos.

Me voy antes de que lo arruine más. Es increíble cómo hace pocos días estaba feliz por una futura boda y de pronto todo se viene abajo. Al parecer, es cierto cuando las personas dicen que el matrimonio y el compromiso lo arruinan todo. Con James todo estaba perfecto hasta que él me propuso matrimonio.

Por otra parte, pienso que esto era algo que tenía que pasar, como una prueba del destino…no lo sé. Probablemente, este tipo de problemas fortalece a alguna parejas y a otras simplemente las derrumba. Supongo que este último es nuestro caso, los problemas solo lograron derrumbarnos a James y a mí.

Me acerco a una de las doctoras que comparte planta conmigo y le pido que me cubra estos dos días. Sin problemas ella acepta y decidimos ponernos de acuerdo qué turnos tomaré cuando vuelva.

Al salir de la clínica el reloj marca las doce del medio día. Para ser algo imprevisto no me demoré en dejar todo solucionado. Llamé a los chicos y quedamos en juntarnos en el aeropuerto.

Dos horas más tarde ya nos encontrábamos en nuestros respectivos asientos, yo en medio de Theo y Sam ya que estos apenas se hablaban. Le envié un mensaje a Blake con la hora a la que deberíamos estar llegando a New York.

Estaba tan mal emocionalmente que aproveché el vuelo para dormir y no pensar en mi reciente ruptura con James. No podía seguir pensando en cómo todo se había ido al carajo, quería dejar de sentir esa culpa, terminar con esa voz en mi cabeza diciendo que yo no di lo suficiente en mi relación y no luché por James.

Eran las cinco y media de la tarde cuando el avión por fin aterrizó en New York. Hablando de cosas banales fuimos por nuestros bolsos y comenzamos a buscar a Blake entre toda esa gente. Para nuestra sorpresa un hombre con traje sostenía un cartel con nuestros nombres así que nos acercamos.

_ Señorita Hamilton, señor Taylor, señor Müller –Dijo el hombre de un modo muy… ¿elegante?- Mi nombre es Robert y seré quién los lleve al hotel. El señor Scott me pidió que viniese en su lugar ya que debía ir de urgencia a la clínica.




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