Voy a casa de mi vecino Christian, sus padres están en su trabajo, por eso aprovecho de ir.
Toco la puerta demasiado fuerte, como si la fuera a tirar.
- ¿Sí? - Abre la puerta con calma.
¿De dónde salió este hombre tan hermoso?, estaba sin camiseta, pero ¡Dios!...
Concéntrate Alice- Me regaño.
Se recuesta contra el marco de la puerta y se cruza de brazos.
- ¡Devuélveme mi diario idiota! – Exijo molesta.
Él me ve con gracia.
-No- Dice divertido.
¿Qué le causa tan gracia?
- ¡Lo robaste imbécil!, ¡Y te metiste a mi casa sin permiso!, ¡Es un delito! - Grito enojada.
-Acosar querida Alice, también es un delito- Se encoje de hombros.
Abro la boca fingiendo indignación.
- ¡Yo no te acoso estúpido! -Me defiendo.
- ¿A no?
Niego con la cabeza.
-Hoy vi a Christian, estaba lavando su motocicleta sin camisa, pero se veía tan sexy, es hermoso, guapísimo, eso son pocos de los motivos porque lo acoso- Finge voz aguda de chica.
Me sonrojo.
- ¡Yo no hablo así! - Intento defenderme.
Él rueda los ojos.
-Deja de gritar, ¿No puedes hablar normal? - Dice fastidiado.
Suelto un suspiro.
-Solo devuélvemelo Christian- Pido enojada.
-Bien- Asiente.
Sonrío feliz.
-Pero no ahora- Eleva las comisuras de sus labios.
Adiós a mi sonrisa.
- ¿Q-Qué? - Digo confundida.
-Verás Alice…- Se acerca a mi- Tengo excelente memoria, aunque no lo creas, desde que llegue se que me acosas tonta despistada, no disimulas lo mucho que te gusto, por eso, este es tu castigo, y si intentas recuperarlo expondré el bello diario a todo la escuela- Al final sonríe victorioso.
- ¡No es justo! - Protesto.
Rueda los ojos.
- ¿De nuevo los gritos? - Dice cansado.
Paso mis manos por mi rostro con frustración.
-Bien Christian, has lo que quieras- Me voy molesta.
Llego a casa y como mis padres están de viaje fui a mi cuarto.
Me tire a la cama quedando atravesada, pero, acostada.
No lo puedo acusar con sus padres, porque él les diría que lo acoso.
No lo puedo recuperar porque si no lo logro, me va a exponer, a menos que…me ayuden.
Necesito a mis amigas.
Mejor se los digo mañana, ahora tengo sueño por el estrés.
Cierro los ojos lentamente hasta caer en los brazos de Morfeo.
Caminaba por un bosque totalmente desconocido, no sabía dónde estaba.
Vi algunas marcas y símbolos extraños pintados en los árboles.
Sentía a alguien cerca.
Vi una sombra correr rápido cerca de mí.
- ¿Ho-ola? – Dije con voz temblorosa.
Escuche aullidos de lobos y me alarme.
Escuche pasos detrás de mí.
Corrí lo más rápido que pude, pero me caí golpeando mi cabeza en el intento.
-Alice- Escuche una voz muy familiar- ¿Cómo llegaste?, no deberías estar aquí.
Pero no podía ver quien era con claridad.
- ¿Quién eres? - Pregunte con miedo.
-Soy…
Me levante con el corazón latiendo a mil.
Sentí miedo a pesar de que por suerte solo fue un sueño.
Mire por mi ventana y estaba lloviendo.
-Que frío- Dije abrazándome a mí misma.
Baje a la cocina a preparar algo caliente.
Hice chocolate caliente, lo serví en una taza, lo soplé y bebí un poco.
Golpearon la puerta, dejé mi bebida sobre la mesa y fui a ver quién era.
- ¿Si…? - No había nadie.
Bajé la vista y encontré una caja.
La tomé y cerré la puerta.
Me senté en el sofá y la abrí.
Para ti tonta, la vas a necesitar. – Decía la etiqueta.
Fruncí el ceño y tomé lo que había adentro.
Era un…no se, ¿Suéter?, bueno, algo parecido.
Estaba cocido a mano, se notaba, tenía olor a hierba, y era rojo.
-Que extraño- Murmure.
Me lo puse y noté que me quedaba algo grande, llegaba a mis rodillas y las mangas eran mas grandes que mis manos.
Bueno, es cálido al menos.
Subí las mangas hasta mis codos y volví a la mesa a tomar mi chocolate.
Lo tomé, y seguí bebiendo.
Tomé una cobija y me cubrí.
Me senté en el sofá, prendí la televisión y puse las noticas.
-Entre otros informes, extrañas desapariciones de personas han ocurrido en nuestro pueblo, las autoridades no lo explican aún. - Dice la reportera- También se han encontrado cadáveres de los pueblerinos, pero estos, parecen haber sido atacados por animales. Desde ahora por su seguridad, está prohibido ir al único bosque con el que contamos.
Apago el televisor.
¿Esta prohibido ir a nuestro único bosque?, ¿Qué pasara con las familias que se mantienen por trabajar allí?, que desafortunado.
El suéter desprendía un olor extraño, hierbas, tierra, humedad, y otro que no descifraba.
Tome la caja para ver de quién era, pero no decía.
Metí mi mano a esta y comencé a buscar la dirección de la que venía.
Solo un collar que no había visto, tenia la forma de medialuna, y una piedra morada muy rara.
Pero igual era hermoso.
Me lo puse y realmente me gusto más.
¿Quién lo habrá enviado?, ¿Por qué?
¿Por qué soy tan curiosa siempre? - Pensé.
Escuche un golpe en la ventana de mi habitación, luego otro y otro más.
Subí corriendo, pero no había nada ni nadie.
Bien, esto esta empezando a asustarme un poco.
La abrí para ver mejor, y no, solo había lluvia.
Cerré esta y la aseguré mejor, luego de paso también cerré las cortinas.
Escuche otro golpe abajo.
- ¡Si esta es una broma no es graciosa! - Grite a la nada.
Baje con un poco de temor.
De nuevo nada.