Mi vecino es un lobo. (#1)

Capitulo 8

Hace dos días no salgo de casa.

Siento que algo malo me pasara si decido salir.

Me sentía muy mal, una mezcla de enojo, tristeza, e impotencia.

Estaba tirada en mi cama, abrazada a la  almohada, que por estos días había sido mi único apoyo emocional.

Golpearon la puerta.

Solté un suspiro cansado.

Me levante de mala gana y baje las escaleras.

Abrí la puerta lentamente, y no era nadie menos que Zoe.

-Oye, no es por nada, pero quiero estar sola- Dije tallando mi rostro frustrada.

Ella no tiene la culpa de nada…creo.

-Entiendo Ali, pero debo hablar muy urgente contigo- Dijo preocupada.

-B-Bien, entra- Dije dándole paso.

Zoe entro y fue directo a la sala.

Cerré la puerta y fui con ella.

Me senté a su lado del sofá.

-¿Qué pasa?- Dije echando mi cabeza hacia atrás.

-Sé que todo esto te está abrumando, sobre todo lo de tus padres, pero…quiero saber, ¿Realmente quieres a Christian?- Dijo seria.

Baje la mirada.

-Es difícil, ¿sabes?, realmente lo quería, a parte del acoso, siempre me atrajo, y por alguna razón sin hablar antes con él, me encariñe mucho, pero ahora, ya no estoy segura, la verdad…ya no.- Dije sincera.

Asintió.

-No quieres estar con él, ¿verdad?- Pregunto.

Negué.

-Ni ahora, ni nunca- Dije encogiéndome de hombros.

-Ali, realmente te quiero ayudar, porque no sé qué le está pasando a Christian, se comporta demasiado extraño, y no entiendo por qué- Comenzó a explicar.

Asentí.

-Si no quieres estar con él, hay una forma de alejarte- Dijo nerviosa.

Abrí mis ojos sorpresa.

-¿De verdad?- Dije formando una leve sonrisa.

Asintió jugando con sus manos.

-Sí, pero primero, debes…-El sonido de la puerta la interrumpió.

-Dame un segundo- Dije levantándome a abrir.

Nunca me sentí tan aliviada.

Abrí la puerta.

Debe ser una broma.

-¿Qué quieres?- Dije enojada.- No tienes nada que hacer aquí.

Christian sonrió de manera orgullosa.

-A ti, tu eres lo que quiero tonta- Dijo acercándose a mí.

Él cerró la puerta detrás de sí mismo.

Se siguió acercando más, y yo solo retrocedí.

Me acorralo contra la pared.

-Vete Zoe- Ordeno.

La chica llego donde estábamos nosotros y lo vio mal.

-Luego nos vemos Ali- Dijo saliendo.

Trago grueso.

-No sabes cómo te necesito.- Dijo pegando su rostro al mío.

-No sabes cómo te odio idiota- Dije moviendo mi cara.

Él tomo mi mentón y me obligo a verlo.

-No me odias, te hice un favor, créeme- Dijo con un tono que me causo escalofríos.

-¿A, si?, creo que me perdí el favor- Dije molesta.

-Tus padres ya sabían de nuestra existencia, por eso viajaban tanto, para alejarse del peligro, porque sabían que eras mi Mate, y su plan era entregarte a mí, a la fuerza.

Mis ojos se cristalizaron.

-No es cierto- Dije negando- ¡No es cierto!

-Lo lamento Alice, pero es cierto, y hasta Umer lo sabe- Dijo sonriendo levemente.

Negué.

No podía ser verdad, ellos nunca me hubieran hecho eso.

Lagrimas comenzaron a salir de mis ojos.

-Estas mintiendo- Dije herida.

-No miento, solo piensa lo distantes que eran, lo misteriosos y fríos que se portaban…analízalo bonita, tu sola te darás cuenta- Dijo encogiéndose de hombros.

Cerré los ojos.

-Tal vez…si.- Admití triste.

Sonrió de medio lado y acaricio mi mejilla.

-No te sientas mal por eso, ellos no te valoraron, es diferente…porque yo si lo hago- Dijo acercando su rostro de nuevo a mí.

Me separe de él, de forma brusca.

-No voy a dejar que aproveches la situación estúpido- Dije viéndolo mal.

-Bien, como quieras- Dijo tomando mi cara a la fuerza.

-¿Q-Qué haces?- Dije nerviosa.

-Lo que tú has querido durante todo este tiempo-Y si esperar nada me beso.

Si fuera otro momento, me hubiera gustado, pero no ahora.

Me das asco Christian.

Intente quitarlo o empujarlo pero no podía.

Tomo mis piernas y las enrollo en su torso.

Su beso era bastante fuerte, me estaba dejando sin aire, en cierto modo, doloroso.

Se separó un momento para tomar aire, y se volvió a pegar a mí.

Sin darme cuenta, supongo que con su velocidad, estábamos en mi habitación ya.

Me tiro en la cama y se acomodó sobre mí, sin romper el contacto de nuestros labios.

-No quiero, no ahora- Dije separándome como pude.

Mi respiración y la de él estaban agitadas.

Sus ojos estaban oscuros, no eran el ámbar de siempre, sino negros con el iris un poco rojo.

Sus colmillos ya habían salido.

-No me lo vas a negar, tú quieres- Dijo acariciando mi pierna.

Negué.

-No, no quiero Christian, y menos ahora- Dije quitando su mano.

Soltó un gruñido.

-Eres muy terca- Dijo levantándose de la cama.

-¿Qué intentabas hacer realmente?- Le pregunte.

-Marcarte como mía preciosa, solo mía- Dijo pasando su lengua por su labio inferior.

¿Marcarme?, ¡¿Enserio?! no soy un objeto.

Lo vi mal.

-Lo ibas a hacer a la fuerza Christian, no está bien…yo nunca seré tuya- Dije seria.

Río amargamente.

-No digas cosas de las que puedas arrepentirte Alice, porque no me gusta que me hablen así- Dijo apretando los puños.

-No voy a hacer algo que no quiero- Dijo sentándome y cruzando los brazos.

-Tu terquedad es…fascinante- Dijo mordiendo su labio inferior.

Vaya, ahora es bipolar.

-No puedo creer que enserio te resistas, sé que desde hace mucho, querías eso conmigo- Dijo asintiendo.

-Claro que no- Dije negando.

-Eso decía tu diario tonta, no me engañas, y no te esfuerces en negarlo.

Le saque el dedo del medio.




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