Y al fin, un día, lo dije. Mamá volvió a preguntarme si alguien me había tocado, ya no aguantaba más, lloré y entre lágrimas le dije a mamá que cuando jugábamos a las escondidas, mi primo me hacía chupar su miembro, fue muy doloroso para mamá, soltó en llanto, no podía ni respirar, su primera reacción fue gritar de coraje y tristeza, me tomó de la mano y enseguida fuimos a casa de mis abuelos, ahí vivía mi primo, mamá estaba muy enojada y llegó gritando, todos salieron muy asustados, preguntando qué pasaba, mamá entre llantos y gritos dijo:
- Ese maldito le hizo daño a mi niña.
Yo estaba demasiado asustada, quería vomitar del miedo, papá llegó y preguntó qué pasaba, mamá le dijo todo y él simplemente dijo:
- Tú hija es una mentirosa, sólo quiere causar problemas en la familia.
Sentí muy feo, no estaba mintiendo, sé que la mayoría de los niños mienten, pero papá, créeme, no estaba mintiendo, no quería causar más problemas, ya teníamos suficientes y mucho menos quería que los mataran.
- Papi, créeme, por favor, me lastimó, él no es bueno, le dije llorando a papi.
Él nunca me creyó, yo no era su princesa así que bueno, era normal que le diera igual, ¿no?. A partir de ese momento sólo contaba con el apoyo de mi madre y de mi abuela materna, ellas comenzaron a hacer movimientos para que mi primo terminará en la cárcel por lo que me había hecho, porque lo único que las madres quieren cuando les hacen daño a sus hijos, es justicia.