Jasper
Abro los ojos asustado, ya no estoy en mi cuarto, siento la necesidad de correr, de escapar de lo que sea que me está persiguiendo, me pongo de pie, miro a mi alrededor pero todo está en calma, el bosque está tranquilo, pacifico, demasiado para mi gusto, veo varias ráfagas de luz, cada vez las siento más cerca, mis pies reaccionan por fin y comienzo a correr, me sorprendo a mí mismo dirigiéndome directo a la lucha en un claro del bosque no tan lejano, no quería acercarme, pero mi ser no respondía a lo que yo quería, era como si estuviera de espectador en mi propio cuerpo, comenzaba a asustarme y mucho.
—Jas— Escucho una voz en mi cabeza que me llama —Aun no te detectan ten mucho cuidado—
Respondo con total naturalidad en mis pensamientos —Tranquilo Yojan, sabes que siempre tengo cuidado—
—Jasper levántate de esa cama— gritaba mi madre algo molesta —Son las 7:20 de la mañana y aun sigues acostado, levántate ya tu hermana está esperándote—
Me levante rápido de la cama luego que mi madre se había ido de mi alcoba —Que sueño tan raro, pero fue solo eso un sueño— dije en voz baja, rápidamente tome mi toalla, entre al baño y me despoje de mi pijama, quedándome completamente desnudo, me lleve una sorpresa al ver que mis abdominales estaban más marcados, era extraño pues ayer no estaban así, bueno quizás sea que di un estirón en la noche, uno demasiado grande, lave mis dientes, me di una ducha rápida, me vestí, tome todas mis cosas y baje corriendo las escaleras.
Cuando llegue al primer piso encontré el desayuno sobre la mesa, pero solo tome una tostada y un vaso de jugo de naranja.
—Buen Día hermanote—
Sonreí —Buenos días hermanita— Me puse de pie, le di un rápido abrazo y salimos de la casa, subimos al coche y pise el acelerador a fondo, cuando llegamos ya habían tocado la campana pero para nuestra suerte llegamos primero que el maestro, sería muy vergonzoso tener una tardanza el segundo día de clases.
El aula 206 se impartía Lengua y Literatura, tenía muchos afiches de libros famosos pegados en sus paredes, para mi suerte Shauna me guardaba un lugar a su lado, nuestras miradas se encontraron y le dedique una sonrisa que fue correspondida, en la mesa de al lado se encontraban Katherine y Yojan.
—Buenos Días chicos— al saludar a Yojan dándole la mano me acorde que su nombre fue el que escuche en mi cabeza en ese extraño sueño, quizás fue solo mi inconsciente que utilizo el nombre de mi nuevo amigo por haberlo conocido el día anterior.
—Buen día— dijeron los tres al unisonó.
—Parece que se te pegaron las sabanas— dijo Katherine con una sonrisa, más brillante que la de ayer, cuando la mire sus ojos tenían un tono de marrón un poco distinto, se veían como de un tono caoba, debo aprender controlar esa parte de mí que siempre está pendiente de los detalles, aunque como futuro estudiante de comunicación se me complica el no fijarme en los pequeños detalles.
—¿Usas lentes de contacto?— le pregunte con un tono curioso, ella me miro de forma extraña.
—No uso lentes de contacto pero no sé qué pasa conmigo, mis ojos ayer eran marrón chocolate y hoy parecen de uno o dos tonos más claros, la diferencia es muy marcada, pero hasta ahora eres el único que se ha dado cuenta— eso era algo extraño.
La maestra entro al salón de clase, me lleve una sorpresa, no aparentaba tener más de 25 años, era alta, esbelta, con un hermoso rostro y el cabello de un rojo brillante le llegaba casi a la cintura, se podía decir que parecía una Diosa griega, pero lo más sorprendente era sus ojos azules, pero no era un azul común, eran como un azul frio, muy claro pero al mismo tiempo extremadamente hermoso.
—Muy buenos días a todos, mi nombre es Angélica Esquivel, soy su nueva profesora de Lengua y Literatura, tengo 24 años, soy Argentina y espero que nos llevemos bien este semestre y el próximo, deben saber que me gustan las cosas bien hechas, soy muy estricta en mi hora de clase, aunque tomo un día a la semana para interactuar con todos y que nos conozcamos mejor— cuando termino de hablar, mostro una de las sonrisas más perfectas y brillantes que había visto jamás, literalmente era más brillante de lo usual.
Nos pidió abrir nuestras mesas, ya que ahí estaban las copias de los libros que leeríamos este semestre, para mi sorpresa me encontré con el que para mí es el mejor libro de toda la historia, siempre he sido fan de los libros que tienen magia como parte esencial.
—Muy bien chicos como pudieron darse cuenta, el libro que seleccione para ustedes ha sido uno de los libros más aclamados en estos últimos años, lo escogí por el simple hecho que para mí es una obra de arte, mezcla la magia con el abuso de poder, los hará analizar profundamente las situaciones presentadas en el mismo y se darán cuenta que nuestro mundo en estos momentos está de esa forma, siendo atacado y destruido sin razón aparente, de todo corazón espero que disfruten ese pesado pero maravilloso trozo de literatura moderna—
—Profesora, ¿este libro es el único que leeremos en este semestre?— Pregunto un chico que jamás había visto en una clase, seguro debía de ser nuevo, le reste importancia.
—Este libro es solo para este mes, así que les recomiendo comenzar a leerlo lo más pronto posible— Se escucharon las protestas —¡Ya! Tranquilos chicos, será más fácil y divertido de lo que creen—
La maestra siguió hablando sobre cómo se desarrollaría la clase, sonó la campana que marcaba el final de la hora de clase y la maestra añadió —Se me había olvidado decirles que este semestre trabajaremos con literatura moderna, dígase que todos los libros que leerán serán de literatura actual, ósea desde el año 2000 hasta los publicados en 2021—
Salimos del salón, nos despedimos de nuestra docente y tomamos la dirección a la cafetería, nos daría tiempo de comernos al menos una manzana antes de la siguiente hora de clase que tocaba educación física, esa materia también la llevaba con mis amigos, en el camino a la cafetería me topé con mi hermana, los chicos se adelantaron y me quede hablando con Maya.