Un mes después
Jasper
Estaba corriendo por el bosque cercano a la escuela junto a mi compañero, Raisezel es un hermoso zorro de 5 colas, de color blanco con algunos pelitos negros bien colocados entre las puntas de sus colas y de sus orejas, su rostro feliz me demostraba que la estaba pasando en grande.
Había crecido bastante en solo un mes, según me explico Angus es normal que las criaturas de los miembros de la legión crezcan con más rapidez que las demás por la cantidad de magia que poseemos, según la ficha que me entregó la maestra aquella tarde los zorros pertenecientes a las montañas nevadas tienden a ser más grandes que sus contrapartes llegando a medir entre 5 a 9 metros por el entorno en que habitan.
—Disfruto mucho salir a correr contigo Jasper— le sonreí sincero.
—Estoy feliz de que me tocara un compañero tan maravilloso como tú— respondí deteniéndome para acariciarle un poco en el centro de la cabeza haciendo que emitiera un sonido de gusto
Luego de terminado nuestro recorrido matutino de hora y media mi amigo volvió a su zona hábitat, mientras yo corrí a darme una ducha para estar listo antes de la hora de las clases.
Mientras el agua caliente caía sobre mi cabeza me di el tiempo de analizar todo lo que había pasado en estos casi tres meses que llevábamos en Adernon, habíamos conseguido adaptarnos de la mejor manera a todo lo que conlleva ser parte de la legión, pero de todas formas Trina seguía siendo mi dolor de cabeza, se resiste al cambio de todas las maneras posibles, ha sido vencida y golpeada por varios estudiantes, incluidos varios de los legionarios por su cerrada forma de pensar, pero tarde o temprano tendrá que cambiar si quiere vivir en este mundo y ser parte de nosotros.
Me vestí lo más rápido que pude pues me había tomado más tiempo del que pensaba en la ducha, me parecía un poco pesado que solo la clase de herbología, educación física y las clases de duelo tuvieran un uniforme en específico, para todas las demás debíamos usar nuestra propia ropa, por suerte los legionarios tenemos una mensualidad bastante jugosa que nos ayuda con este tipo de gastos.
Mientras abría la puerta me topé con Franco que al parecer también iba algo tarde —Al parecer no soy el único que le cogió la hora—
—Tienes razón hermano, salí a nadar con Taitory nunca pensé que los hipocampos semiacuáticos tuvieran tanta energía—
Sonreí comprensivo y moví mi cabeza para indicarle que siguiéramos nuestro camino, durante la breve caminata a la clase de magia curativa varias personas nos saludaron y respondíamos con un movimiento de manos o una leve sonrisa.
—Es raro ser más popular en este mundo que en el que nos criamos—
—Llegué a pensar que tendríamos más competencia aquí, pero al parecer no fue así—
Antes de que mi amigo pudiera responder una chica atravesó la pared frente a nosotros y se puso de pie rápidamente aturdida, por el agujero salió mi chica con la cara hecha una furia haciendo que Franco y yo nos paralizáramos.
—Nunca te atrevas a volver a mencionar a mi novio en tu boca perra estúpida— moviendo sus manos hizo que enredaderas de hiedra venenosa envolvieran a la chica que si mi instinto no me falla es una ninfa de las rocas, la cara de la afectada mostraba pavor y sus ojos buscaban alguien que la defendiera, pero nadie en su sano juicio iba a interferir en una pelea, menos si esta involucra a una de las estudiantes más fuertes de la escuela.
—Discúlpame, cometí un error en retarte por favor perdóname— la pobre chica gritaba y las lágrimas salían haciendo su humillación aún mayor
—Espero que de verdad aprendieras tu lección y la próxima vez que consideres atacarme con tu débil magia piénsalo dos veces— Shauna movió su mano haciendo que las enredaderas soltaran a la chica dándole vueltas como un trompo estampándola contra la pared más cercana.
Aplaudí —Eso fue intenso pequeña—
Me sonrió y se acercó a mí poniéndose de puntillas para darme un beso —Ella me reto pensando que si me vencía podría tenerte para ella—
Alcé mi ceja izquierda y pasé mi mano por la espalda baja de mi amada —Nadie nunca podrá separarte de mi lado Anima mea—
—Sin embargo, nunca estará de más dejar mi territorio bien marcado—
No pude evitar soltar una carcajada, la seguí dentro de la clase cruzando por el agujero que acababa de abrir, con un movimiento de mis manos lo reparé y cada uno se dirigió a su respectivo asiento.
—Tu chica sin duda es de temer— dijo el faraón sentándose a mi lado
—Hasta yo evito hacerla enojar— nos reímos
El maestro entro al salón, nos dio la introducción a magia de curación avanzada y nos dejó unos cuantos deberes para la siguiente semana, que siendo honesto eran más simples de lo que esperaba, pero tomando en consideración todo el conocimiento que se ha acumulado durante siglos al alcance de mi mano, en ocasiones hasta siento que se mas que muchos de mis maestros.
—Tengan feliz resto del día chicos—
Nos despedimos del maestro y en el momento que nos disponíamos a salir todo comenzó a temblar, la escuela comenzó a sacudirse y todos comenzaron a gritar, Amunckra me tomo del hombro para poder mantener el equilibrio y el profesor gritaba que estuviéramos tranquilos, pero era imposible hacerlo cuando muchos ni podían mantenerse en pie, la alarma de la escuela se disparó al momento que el temblor se detuvo de repente llevando a varios de los que seguían en pie al piso, incluidos mi amigo y yo.