-ahora si me puedes explicar qué demonios estás haciendo en mi casa -dijo Michelle de mal humor una vez que su padre se había marchado.
-ya te lo dije, vengo para que me prestes tus apuntes.
Michelle lo fulmino con la mirada sin decir una palabra, coloco cara de: piensas que soy estúpida y dijo:
-Te daré mis apuntes y te marcharas enseguida -emprendió paso a su habitación mientras Jack la seguía.
Sobre su cama abrió la mochila y saco una libreta, se la extendió a Jack quien la tomo en sus manos, abriéndola comenzó a rondar la habitación.
-Así que esta es tu recamara -leyó la libreta de reojo.
-Ya tienes los apuntes largo -ignoro sus palabras.
-Muy linda, pero demasiado ordenada para mi gusto -acotó. -Dime una cosa: ¿siempre has sabido que eras bruja?
-NO, lo acabo de descubrir y lo sabes.
-¿Segura? Es muy raro que no te hayas dado cuenta antes de que eres bruja, con la gran fuerza de poder que se concentra en este lugar, y toda esta magia viene de aquel lugar -señaló a su izquierda.
Michelle quedó perpleja por un instante, el lugar que había señalado Jack era nada más y nada menos que la habitación del fondo. El lugar prohibido de la casa, el lugar donde se encontraban las cosas de su madre y el cual ella no ha pasado desde aquella vez que tomó el diario.
-Ese lugar de la casa está prohibido -soltó Michelle con simpleza.
-Desde ahora ya no lo es -mostró una risa traviesa.
Tomo la mano de Michelle con fuerza y luego de un movimiento desaparecieron. Bastaron tres segundos para aparecer en una habitación blanca llenas de cajas.
-Pero qué demonios, ¿Cómo lo hiciste?.
-Digamos que mis padres me preparan muy bien en casa-emitió viendo el lugar-¿en serio no te dejan entrar aquí?, imagine que ocultaban un dragón o algo parecido- montones de cajas, que sorpresa.
Ambos paseaban por la habitación de un lado a otro, abrían y cerraban cajas, tomaban todas aquellas cosas que no parecían normales,
-Sabes que es una falta de respeto entrar a un lugar sin el consentimiento de los dueños-dijo Michelle cerrando una de las cajas.
-Tengo el tuyo, de lo contrario ya me fueras echado a patadas.
Michelle abrió la boca para decir algo pero al ver que tenía razón prefirió no decir nada.
-Eso pensé.
Jack se tumbó sobre la cama y abrió una de las gavetas de la mesa de noche.
-Por el poder de la brujas-sacó dos libros del interior de la gaveta y los contemplo sin abrirlos.
-¿Qué has encontrado?-solto Michelle del otro extremo de la habitación.
Jack aun sentado en la cama le mostro las portadas de los libros con ambas manos:
La marca de la luna versión completa.
El gran sabio.
Michelle llevó ambas manos a su boca dejando caer al suelo una blusa de algunas de las cajas. Se acerco rápidamente hacia donde Jack y se tiro junto a él.
-¿Sabes lo que es? -Él preguntó.
-Es el libro que tiene todo el contenido sobre la marca de la luna. Llevaba días buscándolo.
-efectivamente este libro tiene todo el contenido de la marca de la luna ¿pero, para que lo buscabas?
-heee. Hee-vacilo Michelle -nada importante, es que estaba documentándome sobre todas las marcas y solo me faltaba estudiar esta-mintió.
-y con respecto al otro libro ¿tienes conocimiento?.
-No. Ninguno-negó con la cabeza.
-El gran sabio es un libro muy conocido por el reino mágico, se dice que este libro tiene el poder de responder todas las preguntas que le hagas y muchas veces muestra visiones. No visiones cualquieras, visiones de vida y de muerte. Muestra cuando alguien está en peligro de morir y cuando un ser poderoso está por nacer. El libro elige a su dueño, solo brinda su poder a la persona que elija a nadie más. Por año a estado desaparecido y valla donde lo estaba.
-woow. El mundo mágico cada vez me sorprende más.
-¿tu madre era la dueña de estos artefactos cierto?.
Si-asintió Michelle con la cabeza.
-Sin duda era una mujer muy poderosa, no dudo que su hija sea igual-le guiñó el ojo -¿ahora si me dirás la verdad de por qué buscabas el libro de la marca de la luna?.
-¿Dónde lo encontraste?-preguntó evadiendo el tema.
-Si me das un beso te lo digo-emitió sonriendo.
Sus rostros se encontraban a pocos centímetros de distancia.
-te gusta hacerme enfadar cierto-uso el mismo todo de voz que Jack.
-Me encanta verte enfadada, te ves mucho mas sexy-aparto un mechón de cabello de su rostro y con su mano comenzó a acariciar su mejilla.
-¿Qué es lo que de verdad quieres Jack?.
-Ya te lo dije, besarte. He soñado con hacerlo desde el primer momento que te vi en el centro comercial... ¿Puedo?.
-Eso no se pregunta, solo se hace-dijo viéndolo a los ojos.
Jack sonrió. Coloco su mano sobre la barbilla de Michelle y acerco su rostro hasta cortar la poca distancia que los separaba.
- MICHELLE YA LLEGUE-la voz de Arturo resonó hasta en el último rincón de la casa.