(capítulo 35) final parte 1

—Sea lo que sea que este escondiendo lo vamos a descubrir ahora —sentencio Jack—. Apártense

Todos se echaron a un lado incluyendo Jack que retrocedió un paso. Observó la puerta por un segundo y tomo posición para conjurar

—“Un alma muerta una noche de abril que al empujar la puerta se pueda abrir” —después de unos movimientos de manos los rayos amarillos que salieron de la palma de su mano impactaron con la rígida puerta.

Inmediatamente Owen con una leve patada estampo la puerta hacia la pared abriéndola de par en par.

—Listo. Puerta 0 – grupo de detectives 1 —dijo Owen divertido.

Todos entraron a la oficina y cerraron la puerta nuevamente con llave, por si alguien llegaba le diera tiempo para escapar.

Dentro de la oficina de Eduard no se encontraba nada extraño, todo lucia normal, imposible de creer que ocultara algo. Los chicos empezaron a husmear todo, desde papeles hasta retratos que allí se encontraban. Los minutos pasaban y el resultado seguía siendo negativo.

Los pensamientos llegaron nuevamente a la cabeza de Michelle. Otro callejón sin salida, ninguna respuesta sobre su madre, ni siquiera de la elemental llegó a encontrar nada.

Desanimada se sentó en el piso sobre una alfombra algo grande para su gusto. Pensaba como decirle a sus amigos que se había equivocado, que fue una pista falsa y que probablemente el profesor Eduard si fue víctima de aquel hechizo y no que fue cómplice de morga como su cabeza se lo hizo creer. Abecés cuando alguien quiere algo porque realmente lo necesita la mente suele jugar con los pensamientos para ver las cosas tal cual como queremos y no como de verdad son.

—Michelle aquí no hay nada —escucho a lo que se negaba a aceptar, el gemelo la observó con un leve gesto de resignación.

—Creo que Alex tiene razón —ahora hablo Owen— no hay nada que relacione a el profesor Eduard con la elemental.

Por otro lado Alexa y Jack no dijeron nada, o por lo menos no con su boca porque sus ojos que fijamente la miraban le decían clara mente lo que pasaba.

—Está amaneciendo, creo que es mejor que nos vallamos —Jack camino hacia donde Michelle y le extendió su mano— ¿te ayudo?.

Michelle quien pareció cambiar su expresan a deprimida cuando Jack le ofreció ayuda su rostro cambio radicalmente a una sonrisa malévola cuando sus manos estuvieron sujetadas… jaló el cuerpo de Jack hacia el suyo y de un movimiento rápido giro para que Spinter impactara con el suelo.

Un fuerte sonido se escuchó cuando las rodillas de Jack chocaron contra el piso, inmediatamente metió sus manos para evitar que el resto de su cuerpo también callera adoptando un postura de cuatro patas.

Pero lo que llamó la atención de todos no fue la travesura que le hizo Michelle ni mucho menos en la posición que fue a parar, si no el sonido que ocurrió segundos atrás. Se supone que si la academia esta 100% hecha de concreto ultra resistente ese ruido no tuvo que existir.

—¿Escucharon ese sonido? —preguntó Jack colocándose de pie.

Todos asintieron sin moverse de sus lugares.

Jack tomó la alfombra por un extremo y la jalo.

Y como sospechó, una trampilla algo grande de lo normal se encontraba oculta debajo de la alfombra.

—Esta trampilla ya da mucho que decir —soltó Alex sin quitarle la vista.

Jack continúo con su trabajo y la levantó, una escalera guindaba hasta el final del lugar. Sin pensarlo dos veces comenzó a bajar y detrás él Michelle Alexa Owen y Alex.

Tocaron piso aproximadamente luego de bajar dos metros y medio, se encontraban en un pasillo totalmente oscuro solo se visualizaba la luz que salía por debajo de la que parecía una puerta. Caminaron por el oscuro pasillo a paso lento y cuidadoso y una vez estuvieron frente a la puerta se detuvieron.

—Si abrimos esta puerta ya no abra marcha atrás —dijo Jack con total seriedad.

—Si llegamos hasta este punto echarnos hacia atrás no sería muy inteligente de nuestra parte —soltó Michelle.

—Estoy de acuerdo con Michelle —dijo Alexa— lo que aún no me queda claro es como hicieron un hueco en este lugar si es un edificio y estamos en el piso dieciochos.

—Esto es magia oscura —sentencio Owen—. Muchos profesores hablan sobre ello en las escuelas de veranos.

—Owen tiene toda la razón —Jack trato de observar algo por la puerta—. Desde aquí o puedo visualizar nada, voy a derribar la puerta con una patada y entramos todos en posición de ataque preparados para enfrentar a quien sea que este allá dentro.

Una vez todos asintieron Jack retrocedió y como lo había dicho de un solo golpe la puerta calló ante ellos. Los cincos entraron en posición de ataque desplegándose a lo largo y ancho del lugar cubriéndose las espaldas ente sí.

El lujar estaba lleno de pócimas y hechizos prohibidos, las paredes están cubiertas de mancha con sangres, y el nombre de Morgan Sayago escrito por todos lados, libros oscuros cadáveres de personas y animales muertos se encontraban en lo más oscuro de la habitación. Y lo que más llamo la atención fue un cuerpo amordazado y amarrado sobre una silla, seguía con vida era la profesora Runo Relis.

Después de unos minutos de espasmos todos fueron en su ayuda, le quitaron la cinta que tenía sobre los labios y un grito espeluznante y aterrador lo estremeció.

—CORRANNNNN Y NO REGLRESEN NUNCA, EL MAL ESTA POR VOLVER A NUESTRAS VIDAS Y TODOS SEREMOS DESTRUIDOS.

Los cincos quedaron estupefactos, dentro de los ojos de la profesora Runo se visualizaba el temor y el horror más grande que una persona pueda revelar. Ninguno sabía si correr o quedarse a ayudarla, estaban a punto de seguir soltándola cuando su cuerpo comenzó a templar excesivamente, sus brazos, sus piernas, sus labios y sus ojos prácticamente quedaron en shock viendo fijamente a un solo lugar.

Todos giraron su cabeza hacia donde apuntaban los ojos de la profesora y la silueta de Eduard los sobresalto.

No habían visto muy bien su cuerpo cuando un rayo de su dedo índice impacto con el cuerpo de Jack bombardeándolo hacia una pared derramando su cuerpo inconsciente en el suelo.