"Por William y por el mundo"
Los restos de los fallecidos por la maniobra de Mikhailov fueron transportados hasta Estados Unidos. Si bien se mantuvo en secreto la causa de sus muertes, las familias de los fallecidos recibieron los cuerpos y pudieron llevar a cabo las ceremonias que deseaban. Michelle estuvo presente en el entierro de William. Allí conoció a la familia de Will: su madre, Annette; su padre,Kaleb, y su hermano, Luke. El hermano de Will era muy parecido a él: solo tenían un par de años de diferencia entre ellos y Luke había ingresado en la Fuerza Aérea. Michelle se acercó a los padres y les entregó la fotografía que Will le dió unos instantes antes de morir. Anette y Kaleb agradecieron el gesto de Michelle.
Michelle se acercó a Luke y hablaron de Will.
-Hola… tu eres Luke, ¿cierto? - indagó Michelle, aunque la respuesta era más que clara: los rasgos entre ambos eran muy parecidos.
-Si, soy Luke Henderson- dijo, extendiendo la mano.-¿Cómo conociste a mi hermano?
-Trabajaba con él- respondí, recordando esos últimos momentos después de abrir la bóveda.-Lamento mucho lo que pasó.
-No fue tu culpa- respondió Luke. - Will sabía lo que hacía y estoy seguro que murió defendiendo lo que creía correcto.
-Veo mucho de él en ti- dije, dándome cuenta que tenían los mismos ojos.
-Eso dicen- respondió, algo sonriente a pesar de la tragedia. -Gracias por estar aqui.
-Voy a buscar al responsable de su muerte y pagará por lo que ha hecho- respondí, con firmeza en mis convicciones. La muerte de Will no debía anclarme sino impulsarme a detener a ese hombre.
-Avísame si sabes algo… puedo ayudar- dijo Luke, sacando su celular del bolsillo. -Dame tu número y te llamaré para que agendes el mío.
Al parecer debía reconocer que en esto eran exactamente idénticos: ambos tenían una forma de conquistar muy efectiva. Creo que era algo en su voz lo que me sonaba amigable, confiable, pacífico. Le di mi número telefónico y el me envió un mensaje para que agendara su número.
-Recuerda que se pilotear aviones, por si necesitas un piloto- dijo, bromeando.
Debo decir que estoy impresionada por Luke. Ese hombre es muy amigable y eso me agrado.
Fuimos enviados a una base en Port Royal City, dado que la base ya estaba cubierta por un nuevo equipo. Cuando llegamos a la base, el Capitán Harrison me llamó a su oficina. Sin dudarlo, caminé directo hacia donde estaba y toque la puerta. Se escuchó un "adelante" e ingrese a la sala. Harrison estaba bebiendo un vaso de agua y había otro hombre sentado en la sala. Se presentó como Franklin Combs, y él ocuparía el puesto de William.
-Señorita Wilson, el señor Combs ocupará la posición del difunto señor Henderson- anunció Harrison. - Me gustaría que le muestre la base a Combs para que se acostumbre al lugar.
-Si, señor, lo haré- respondí, indicándole a Franklin que salieramos de la Oficina.
Cuando estábamos caminando por la base, Franklin comenzó a hacer las clásicas preguntas de alguien recién llegado.
-¿Asi que tu estabas en la isla? - preguntó, algo emocionado. -¿Como es?
-Para ser sincera, muy húmeda y calurosa- respondí. - Pero te acostumbras.¿Tu de donde vienes?
-Vengo de una base en Carolina del Norte, pero me dijieron que debía cubrir esta posición aquí. ¿Que sucedió con el hombre que estaba en mi lugar?
-Murió aspirando monóxido de carbono con siliframio en forma de gas que quemó todo su sistema respiratorio. Se llamaba Will- respondí, mientras llegabamos al gimnasio.
-Lo siento, no lo sabía. ¿Eran cercanos?- preguntó, viendo hacia todos los puntos del gimnasio.
-No nos conocíamos mucho pero él me agradaba- respondí.
-¿Quieres que entrenemos? - indagó, para cambiar de tema. -Sabes… este gimnasio es mucho mejor del que teníamos en Carolina del Norte. Si quieres te sostengo el saco de boxeo asi liberas tensión.
-No creo que sea buena idea- respondí, recordando como destroce el último.
-Vamos… tengo suficiente fuerza para sostenerlo- dijo, convencido.
Para complacerlo, le dije que sí. Traté de amortiguar mis golpes para evitar que saliera volando. Pero, en un momento, vino a mi mente el recuerdo de aquel hombre en Wrangel, que se iba del lugar riéndose mientras mis compañeros morían en ese lugar. Ese enojo hizo que perdiera mi control y saque volando al saco y a Franklin alrededor de diez metros. Cuando vi lo que hice, corrí rápidamente para ver si Combs estaba bien.
-Franklin… ¿estás bien? - pregunté, asustada de haberle causado alguna lesión.
-Creo que yo debería hacerte esa pregunta- decía, mientras reía y se ponía de pie. -¿Qué fue eso?
-Es una larga historia… pero la versión resumida es que toque una piedra del espacio que cayó al océano y ahora puedo levantar un tanque de guerra con mis manos.
-Wow, eso si que fue una respuesta inesperada- respondió, bastante curioso-. ¿Y hasta cuanto peso puedes levantar?
-No lo sé… he probado levantar 5000 kg y no he tenido problema- contesté, recordando el día que Adam me acompañó por la base para levantar cosas. Hablando de Roma…
-Hola Michelle- dijo Adam, llegando al gimnasio con una musculosa negra y unas bermudas.
-Hola- dije, mientras me acerqué para abrazarlo. -¿Como has estado después de la misión?-preguntó.
- No ha sido fácil ir al funeral de Will pero no puedo dejar que esto detenga mi misión que es detener a ese hombre antes de que nos vuele a todos con uno de sus misiles.
-Jones y Goldman están trabajando en hallar el siliframio. Goldman está diseñando una sustancia que neutralice la actividad del siliframio, inutilizandolo. Al parecer la primeras pruebas son prometedoras- comentó Adam. -¿Quién es él?
-Hola, soy Franklin Combs, soy nuevo aquí- respondió.
-Un gusto conocerte… calculo que estarás al tanto de que nos robaron siliframio- dijo Adam.