Ya habiamos terminado de cenar, así que nos preparamos para ir a dormir.
—¿Ya están todos listos? —preguntó Thomas.
—Sí —respondimos.
—¿Quieren que les contemos una historia? —preguntó Tim.
—¿Historia? ¿Qué historia? —le preguntó Elizabeth.
—Bueno, más que historia es una leyenda —corrigió Tom.
—¿Cuál es? —pregunté.
—"La leyenda del templo inca y la civilización perdida" —respondió Tim.
—"¿Templo inca?"—preguntó Elizabeth.
—Sí. Esa leyenda es en la que han estado trabajado nuestros padres —respondió Tom.
—¿Cómo es esa leyenda? —pregunté.
—La leyenda se remonta hace mucho tiempo atrás, antes de la llegada de los españoles. En gran parte del actual Perú, Ecuador y una porción de Colombia, se encontraban los incas. Fueron un gran imperio, perduraron entre 1438 hasta 1535 debido a que Francisco Pizzaro acabó con ellos — Tim.
—Eso lo sabemos, lo vimos en Historia —dijo Elizabeth.
—Pero esa no es todo —explicó Tom.
—¿No? —pregunté.
—No, la historia continúa cuando los incas, sabiendo que perderían, decidieron irse a otro lugar llamado "El templo inca" —dijo Tim.
—Nadie conoce ese lugar, tampoco se ha visto, pero lo poco que se sabe es que allí viven los últimos incas. Hay quienes dicen que están escondidos en un lugar seguro —terminó Tom.
—Nuestros padres quieren encontrar el lugar para que dejen de vivir ocultos y puedan interactuen con nosotros. Además, si los encontramos, descubriríamos a toda una civilización a la cual se creía extinta, haríamos historia —habló con emoción Tim.
—Hay algo que no entiendo —expresó confundida Elizabeth.
—¿Qué cosa? —preguntó Tom.
—¿Cómo saben que todo eso es real y no un simple cuento? —preguntó ella.
—Porque nuestros padres no son los únicos arqueólogos que creen eso, hay muchos más que también piensan lo mismo —le respondió Tim.
—Y por eso es que en las vacaciones iremos a Perú, en las "Ruinas del Machu Picchu" —dijo Tom.
—¿Irán a las ruinas del Machu Picchu? ¿para qué? —le pregunté.
—Para que nuestros padres resuelvan el misterio, ya que dicen que en ese lugar ocurrieron los hechos —respondió Tim.
—Es más, varios arqueólogos van a ir solo para intentar resolverlo. Aunque algunos ya se debieron adelantado, pero no podenos culparlos, esa experiencia es algo emocionante —agreró Tom.
—Suena a algo grandioso, les deseo mucha suerte chicos —dijo Elizabeth.
—Gracias, pero no es tan grandioso. Debido al trabajo de nuestros padres, tenemos que mudarnos constantemente. Sí, es divertido viajar por el mundo, pero a veces extrañamos a nuestros amigos, y a menos que haya otro misterio por resolver en ese mismo lugar, no los volvemos a ver —replicó Tom.
—Entonces, cuando se vallan a Perú, ¿no van a volver? —le pregunté.
—Así es —respondió Tom.
—Que pena por ustedes —dijo Elizabeth con lástima.
—Sí —dijo pensativo Tom—. Tengo una idea, que les parece si van con nosotros a Perú, así al menos estaríamos juntos en el verano, ¿Qué opinan?
—Sería algo grandioso Tom, pero recuerda que tienen que pedirle permiso a sus padres y no estamos seguros de que las dejen ir solas —le dijo Tim.
—Que ellos también vengan, así podrían dejarlas ir —le contestó Tom.
—Bueno, eso ya queda en sus padres —replicó Tim.
—Esa parece ser una buena idea, mañana les preguntaré a mis padres, ¿Tú, Michelle? —me preguntó, Elizabeth.
—Podría intentarlo —le sonreí —. Pero, ¿no sería algo costoso llevar a 4 familias? —les pregunté.
—En ese caso, podríamos ver cuánto saldría el viaje y costearlo entre todos —dijo Tim.
—Viéndolo de esa manera, creo que funcionaría —les dije con un poco de entusiasmo.
—Decidido, mañana les preguntamos —sonrió Elizabeth.
Nos fuimos a dormir, estabamos emocionadas, pero todo dependía de la respuesta de mañana.