Hoy, recuerdo aquella terrible ocasión. Pensé que ya estaba sepultado en el más recóndito rincón de mi mente. Pero no. hoy diez años después regresó.
Recuerdo que le dije a mi hermano en aquella ocasión, que no entraramos a ese estúpido e infantil colchón inflable, pero el como siempre no acepto.
El subió a colchón y yo quede afuera hablando por teléfono cuando de un momento a otro, un niño como de uno nueve años con una máscara de payaso, lo apuñaló hasta matarlo.
Recuerdo como todos los demás niños gritaban y corrían, aun veo claramente como la sangre de mi hermanito chorreaba por la lona de aquel maldito castillo inflable, mientras que yo me quedaba estático viendo como se desangrada, sin yo hacer nada, sin yo mover siquiera un miserable dedo para salvarlo.
Mi mente, una vez más, me ha jugado una mala jugada, al hacerme recordar el pasado.