El hombre entró por la puerta, no por la chimenea, como se suele decir. El niño, magullado y con sangre en la comisura de la boca, se había desmayado mientras escribía una carta para él.
—Tranquilo —le susurró al oído—. Te traje un regalo mejor: ¡Venganza!
Le besó la frente, se puso de pie y se encaminó a la habitación en la que dormía el bastardo que lo golpeó.
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fantasmas y presencias, demonios y dolor, muertes; leyendas; suspenso; terror.
Editado: 02.12.2023