Microcuentos de terror

54

Me despertó el leve golpe en la ventana.

Una mano pequeña, suave, casi infantil, estaba golpeando el vidrio de la ventanilla desde el exterior.

Lo perturbador fue que en esos momentos mi avión se encontraba a 30,000 pies de altura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.