El pequeño bajó al árbol repleto de miedo y también de esperanza. Había dos grandes obsequios con su nombre, los desenvolvió: una colección de autos y una pista de carrera. Los dejó, decepcionado. Bajaron sus padres y lo encontraron abatido. Prometieron que ellos comprarían el obsequio que Santa no le trajo.
No lo compraron, pero fue su padre quien gritó horrorizado la buena noticia. El abuelo no bajaba y el desayuno estaba servido. Subió a buscarlo y soltó un alarido al encontrarlo muerto. El niño había pedido a Santa la cabeza del monstruo llamado abuelo, pero aquello también valía.
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fantasmas y presencias, demonios y dolor, muertes; leyendas; suspenso; terror.
Editado: 02.12.2023