Microcuentos de terror

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Su esposo se marchó al descubrir que era una bruja, dijo que no podía ver cómo jugaba con la vida y la muerte, con secretos oscuros. Ella lo dejó ir. No le sorprendió que la policía llegara para comunicarle que habían encontrado su cuerpo. Fingió tribulación y permitió que revisaran la casa. Merced a sus artes, no descubrieron su laboratorio. Más tarde, entró en este y descubrió el espejo de cuerpo completo. Allí estaba él, atrapado, al menos su alma. 

—Juntos por siempre, mi amor —le recordó.

Cubrió la cortina y volvió al trabajo. Si no quería ver, no vería.   




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