Microcuentos de terror

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Encontraron los tres cuerpos en un terreno baldío. A uno le faltaba la cabellera, al otro los ojos y al último la boca, dentadura incluida. A la policía le resultó fácil seguir el rastro y llegar hasta el culpable. Era Eddy, un chico de la escuela. Sin embargo, nadie sospechaba lo que se iban a encontrar: Eddy intentaba injertarse lo sustraído a las víctimas.

Nadie excepto yo. Pero es algo que me horroriza y jamás diré. Fui yo quien le dije que la única manera de que me gustara era que tuviera el pelo de Luis, los ojos de Miguel y la sonrisa de Daniel.




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