Microcuentos Ii

Orfeo sólo hay uno

Tocó su melodía pero la bestia no se calmó. Agitó con furia sus tres testas y deshizo a dentelladas su cuerpo. Su cabeza, escupida a un lado, llora, y sirve de advertencia. No tuvo el talento del tal Orfeo, y ahora se lamenta para siempre a la entrada del Averno.



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En el texto hay: fantasia, terror, microcuentos

Editado: 29.05.2020

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