Microrrelatos

#2

Esmert contemplaba las estrellas, nuestras manos estaban entrelazadas, mi cuerpo estaba relajado y la vista de la playa muy hermosa

—Quiero darte algo—dijo Esmert algo nervioso

—¿Vas a darme la luna? ¿Las estrellas?—le bromé, al instante esa sonrisa merecedora se formó en sus labios—La luna tiene tantos aficionados y tantos dueños, que tú estarías muy lejos de ser la dueña—me quede en silencio y le ofrecí un codazo, se lenvantó.

—Pero el alma no, te doy mi alma, mi esencia y mi corazón y aunque en mis pensamientos existan monstruos existe esa luz, esa luz eres tú— Eso sonó cursi—dije melancólica mientras el trataba de lenvantarme . Él era algo tímido y decía que de su boca no saldrían ese tipo de cursilería, ambos reímos, saco de sus manos un cofre y se puso de rodías — Señorita Salazar, quiere usted casarse conmigo a pesar de que mi cursilería siga desenvolviéndose — estaba en shock, Esmert jamás quiso casarse, él no opinaba por ello, ¿Era un sueño?, volvió a preguntarme, pero ...

—Pensé que ibas a darme algo — sonrió

—Te daré mi vida — lo besé

—Siempre existe alguien que te hace romper las reglas —me decía mientras me besaba...




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