Microrrelatos

Mi condena

Es increíble pensar en el cambio drástico que dio mí vida de forma tan repentina. Y es ahora cuando me detengo a pensar, ¿Por qué?. Tenía una hermosa vida haciendo lo que más me gusta hacer, dando vida a mis fantasías disfrazadas, sintiéndome reflejado en cada palabra, cada oración, sintiéndome... Yo.

¿Es tan malo?; ¿Es tan malo amar?. ¿Querer que te amen?. ¿Qué te acepten y poder vivir una vida feliz junto a la persona que más amas?. Todas mis experiencias en el amor se remontan en libros de romances y fantasías imposibles, y de nuevo. ¿Es tan malo querer amar… Ser amado?, ¿Qué es tan difícil aceptar?. Yo siempre he sabido lo que me gusta y lo que quiero de mí vida, he tomado mis decisiones y me he sentido orgulloso de ellas, pero. ¿Decidí mal al querer expresar mis sentimientos al único hombre que parecía aceptarme?, oh, sin duda parece que sí, pero, ¿Me arrepiento?, No... La verdad no.

Puede que me encuentre aterrado aquí sentado esperando mí condena... El final de mi vida, pero sin duda no me arrepiento de las decisiones que tomé, de lo que viví y logré.

Yo podré irme, pero nadie, absolutamente nadie podrá cambiar lo que he hecho y la huella que dejé, por qué aquí, sentado en esta silla, viendo cómo preparan lo que le dará fin a mi vida es cuando más orgulloso me siento, me siento orgulloso de por fin, dejar de ocultarme tras esta máscara, de por fin haber revelado mis pensamientos, lo que soy y lo que siento.

Si. Estoy asustado, ¿Quien no lo estaría al ver el brillo del filo que te dará el fin?, Pero al mismo tiempo me siento feliz, liberado, me siento yo mismo, mientras que estoy recordando la historia de mi vidorria.

Cómo desde pequeño cuando me di cuenta que yo no era como los otros niños, a mí no me gustaba jugar rudo, me gustaba verlos jugar, o cuando era ya un adolescente, cuando se supone debería de ver hacia las mujeres pero mi mirada iba inevitablemente hacía los hombres, viendo sus cuerpos anchos, grandes y musculosos, sintiéndome entre sus manos, la sensación de calor cuando imágenes de unas grandes manos recorriendo mí cuerpo me excitaban, allí fue cuando descubrí lo que era, descubrí mí homosexualidad.

Me sentí aterrado. Veía y sabía cuál era la condena por tan infame crimen. Me oculté, me reprimí, pero con el tiempo descubrí una nueva manera de plasmar mis fantasías y hacerlas realidad. Allí fue cuando descubrí mí pasión. Yo, Federico García Lorca, me convertí en escritor, haciendo realidad mis fantasías y disfrazándolas con algo de realidad.

Porque yo, siempre estoy y estaré orgulloso de lo que soy, de lo que hago. Yo moriré, pero mi vida se verá reflejada en el futuro, cuando ya no tengan más opción que aceptar, porque por más que lo intenten no hay cura para esta "enfermedad" llamada homosexualidad.

Porque, este no es el fin de mí vida...

Es el comienzo de otra...

Letters_Im



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En el texto hay: fantasia, hetero y homo, relatos corto

Editado: 06.07.2022

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