Esa tarde frente a tu casa, cuando el sol se ocultaba y el firmamento se vestía de naranja, esa tarde, tu.... Rompiste mí corazón. Tú, con tu indiferencia. Tú, con tu verdad: “o pudo amarte de esa manera” dijiste.
- Yo no soy así - Esas palabras y esa expresión en tu rostro, esa lástima, en tu mirada me hicieron sentirme como el peor idiota. ¿Así cómo?. ¿Homosexual?. ¿Que acaso no se puede amar sin etiquetas?. Esas preguntas se repetían en mí cabeza, una y otra vez, torturándome, haciéndome sentir como un cobarde, Cómo un hipócrita. Esos sentimientos, la ira y la tristeza de ser rechazado amenazaban mí cordura, oscurecían mí vista, me sentí observado, me sentí juzgado, pero sin embargo, tu pregunta, no pude evitar aceptar.
Solo amigos.
No sabes cómo me hizo sentir ese término; Amigos.
Solo amigos
Yo no quería ser tu amigo, yo quería ser algo más, quería ser tu inspiración, quería ser tu musa, quería que me pintaras, retraras mí cuerpo de principio a fin, quería ver mí rostro en todas tus obras y luego, esa misma noche, a la luz de la luna blanca, me hicieras tuyo, que me dijeras: “Eres mi obra de arte”.
Pero eso no se podrá, solo somos amigos, en este momento te odio... Te odio por referirte a mí por tan infame término, por esa horrible palabra, por esa mirada de clemencia en tus ojos.
¡NO ME MIRES ASI JODER!
¡NO ME GUSTA QUE ME MIRES ASÍ!
Tu no, por favor.... Tu no.
No resistí esa mirada en tus ojos, me disculpé lo más indiferente y disimuladamente salí rápido de tu casa.
Estando fuera mis ojos se cerraron con fuerza, mi cabeza fue a parar en mí manos y mis lágrimas en mis mejillas y luego en el suelo.
¿Por qué?. Si, ¿por qué?. Yo lo único que quiero es amor, que dejen de juzgar, que dejen de castigar al amor, me duele la mirada de mis padres cuando veo a un hombre de más, ¿Y qué?. ¿No puedo apreciar la belleza?, Que lo vea de más no significa que me vaya a casar con él, de hecho, el casarme nunca estará en mí destino, ¿Cómo lo haría?, No estoy dispuesto a casarme con una mujer, yo lo quiero a él, lo quiero con toda la fuerza que mi alma poética tiene, prefiero vivir una vida solo y reprimido como el resto a vivir con una mujer a la que no amo.
Siempre he estado orgulloso de lo que hago, pero ahora solo me hace pensar. ¿Y si la gente conociera ese lado de mí?. ¿Qué pasaría si yo me mostrara como soy?. ¿Me aceptarían?. ¡JA!, cómo no, aceptar a un homosexual en estos tiempos es como firmar un pacto con un demonio, significa ganarte un pase libre al infierno.
Lo que es más irónico es que se diga que nosotros los homosexuales somos la perdición del mundo, PATRAÑAS, este mundo está jodido desde que Adán y Eva comieron de la fruta prohibida, está jodido desde que la oscuridad infectó el alma de las personas, está jodido desde entonces, y el que yo o alguien más decida amar a alguien de su mismo sexo no hará que el mundo se joda más. No, claro que no; pero, ¿saben que si lo hará?; Lo hará el que sigan con sus estupideces, con su fanatismo. ¿Y ustedes cómo mierda saben que es lo que opina dios?. ¿No es él el que sella nuestro destino y el que nos ayuda?, Si es así, que yo decida amar a un hombre ha de ser por algo ¿no?.
Sin embargo, acepto tu decisión, no te rogaré más he intentaré no ponerte incómodo.
Esa noche llegué a mí casa con los ojos rojos y el corazón a la mitad, pero oigan. ¿Qué se puede hacer?. Nada, no se puede hacer nada
Un suspiro salió de mis labios al ver la soledad en mí casa, esa soledad; ¡maldita soledad!, esa que me ha acompañado desde hace mucho tiempo. Y esa que me acompañará por siempre. Se ríe en mí cara, se burla de mí.
Esa noche, caí dormido como piedra, con mi corazón echo cenizas y una botella de alcohol en mí mano.
Me desperté en la madrugada, cuando el ruido de una voces y el insistente toqueteo en mí puerta no me dejó dormir más, muy confundido y algo mareado por el alcohol que aún rondaba en mis venas fui a abrir.
Nunca en mi vida me hubiese podido preparar para lo que vendría, el encontrarme a los guardias en mí puerta, el ser sacado y arrastrado fuera de mi casa, ser golpeado y llevado a la fuerza por el pueblo, donde todos me veían con asco. Fue, algo traumático. ¿Qué pasó?. ¿Qué pasa?. Eran algunas de las preguntas que en mi mente adormecida y cansada por los golpes se proyectaban.
Más tarde ese día estaba yo en una celda, sorprendido y aterrado a la vez; en shock. ¿Cómo se enteraron?. ¿Quién les dijo?. ¿Podría ser....?. No; ¿o sí?, Mis rodillas flaquearon y por fin me derrumbe, me rompí del todo, saber que fuiste tú. El amor de mi vida el que me delató. Me destrozó.
Por qué fuiste tú; Salvador Dalí, el que dictó.....
Mí condena.
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