<<Ya nada de lo que comía, me satisfacía. Hasta que el último día de mi vida, por fin, pude oler algo delicioso, un aroma único, que jamás había experimentado.
Un olor grasoso y a carne ahumada, que salía por mis poros, mientras me cocinaba a fuego lento. Lástima, que no pude probar ni un solo bocado>>.