—Mamá, mamá… ¡Ayuda! ¡Ayúdame! Algo me ocurre...—gritó la niña de tan solo ocho años sentada sobre el inodoro del baño de su casa—Necesito ayuda... Estoy sangrando… No sé qué me pasa... ¿Por qué me pasa esto? Mami, por favor, ven rápido.
Su madre dejó la limpieza de la sala y, desesperada, salió corriendo al baño, entró a toda prisa, tanto que la puerta golpeó la pared fuertemente haciendo retumbar el lugar.
—Mamá…—anunció ya más calmada su hija, al verla preocupada.
—Mija, ¿qué pasa?
—Ma.… me duele mucho el vientre y estoy sangrando. ¿Acaso me voy a morir?