Microrrelatos para macromomentos

No me muevo, luego existo

—Como te iba diciendo —continuó con su explicación el insecto-palo—, el mero hecho de existir es un fenómeno innato que se rige por esa fórmula vital de la que te hablaba: Lentitud = (Distancia) x (Tiempo) ÷ Paciencia. Esta ecuación desempeña el papel de mediador entre el instinto individual de supervivencia y la constante mutación del medio hostil, asegurando así que cada movimiento esté previamente calculado. Tienes que saber escoger la acción idónea en el momento más idóneo aún, sin titubeos, porque en este club no se admiten indecisos. Lo dicho, “lentitud”; pero sobre todo, “quietud”.

»Aprenderás rápido que la prisa hay que tratarla como una enfermedad crónica: simplemente, tenla controlada. Te juro que hay días que estoy tan, tan, tan quieto, que me creo un simple palillo. ¿Ves…? Así, quieto, muy, muuuy quieto…

 

Totalmente inmóvil, permitiendo que la suave brisa lo balanceara amorosamente, el frágil insecto-palo siguió explayándose con su discurso ajeno a que llevaba un buen rato intentando ligar con una rama.

 

 



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En el texto hay: humor, relatos, microrrelatos

Editado: 16.04.2020

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