Blue Velvet vio como al costado de la puerta se hallaba un panel. El mismo panel que se encontraba en su «habitación» apodada MID. Tocó el panel de control con una mano liberando unas cuantas chispas y la luz que emanaba de él se tiñó de verde, instantáneamente las puertas se abrieron de par en par revelando la recámara.
Una habitación colmada de monitores y teclados, cada monitor encendido y revelando información que no tenían tiempo de leer; sin embargo, se veían interesantes por como las fotos de diferentes Aberrantes se enmarcaron en ella junto con las palabras «Peligroso».
—Necesito que vigiles la puerta —pidió Blue Velvet y se acercó a una de las máquinas.
No era una sorpresa que el lugar estuviera vacío, puesto que estaban en modo de alerta, los científicos y personas que no lograran lidiar contra la violencia debían de marcharse.
Blue Velvet tomó el mouse y comenzó a divagar en archivos, mientras que en el monitor de al lado se hallaba apagado. A un parpadeo se comenzaron a ver imágenes progresivamente. Eran las cámaras que ella había encendido, solo las que no lograban dar con ellos. Necesitaba visión de los tenientes, de los policías, de cualquiera que portara una placa y un permiso para matar.
Una vez que el monitor principal logró cargar, reveló un nombre y una foto que hizo estremecer a Blue Velvet de la ira que cargaba. Era Parker. La persona que la había convertido en esto, el hombre que inspiró a Theodore a transformarla en esa criatura tan horrible, una Aberrante que no tenía límites y no podía ser dominada por un arma creada por el hombre.
Verificó los datos de Parker, no había novedad, todo lo sabía a excepción del final, su localización. De nuevo, las chispas brotaron del ratón de la computadora a sus manos. La información que había leído, los archivos confidenciales del gobierno, habían sido guardados en su almacenamiento, no solo todo con respecto a Parker, sino de cada miembro, cada cuerpo de trabajo. Todo.
Blue Velvet volvió su mirada al monitor que revelaba las cámaras de seguridad. Las fuerzas armadas se movían en su dirección, de hecho, no faltaba casi nada para que lograran llegar hasta ellos. Extendió su mano libre en dirección a la puerta y una corriente eléctrica emergió de sus dedos hasta dar contra el portal de metal. Estas se cerraron de un portazo, la sorpresa fue tal que hizo a Andron saltar y dar un paso para atrás de la sorpresa. Se aferraba del arma como si se tratara de su vida misma.
Volvió su mirada en la chica de la coleta de caballo. Estaba descargando información, eso no le dio mucha importancia, si no el hecho de cómo la pantalla reflejaba a los hombres armados acercándose a la puerta.
—Debemos irnos —murmuró Andron.
—Aún no —habló Blue Velvet sin apartar su mirada.
—Están allí, no falta nada para que abran esa puerta y esta vez no hay a donde correr.
— ¿Qué tan rápido eres? —preguntó Blue Velvet sobre su hombro.
Apartó su mano del ratón. Se había completado todo.
—Te sorprendería.
Ambos volaron sus cuerpos en dirección a la puerta. Se podían escuchar a los hombres preparándose para lo que se diría, un tiroteo.
—Entonces ¿Estás dispuesto a unas carreras? —preguntó Blue Velvet con una sonrisa llena de malicia.
— ¿Estás de broma? —preguntó Andron y comenzó a estirarse, preparándose para lo que venía a continuación—, ¿Sabes con quién estás hablando?
—De acuerdo —Ambos estaban de pie en la misma distancia como si se tratara de una verdadera competencia, detrás de un listón imaginario—, entonces el primero que llegue a la azotea de Foxgram gana.
—Creo que eso es lo mejor que has dicho en todo el día —asintió Andron.
Esta vez los nervios habían desaparecido y su espíritu competitivo se apoderó de él, una carrera con una persona era lo que más le gustaba, más si era un desafío. No la conocía muy bien, pero por sus poderes podía deducir que era un rayo. Siempre quería ver si era tan veloz como un rayo, o incluso más veloz.
—En sus marcas, listos —decía Blue Velvet y alzó una de sus manos.
Sucedió lo mismo que anteriormente. Las chispas traspasando la puerta y esta se abrió de par en par.
Incluso antes de que la puerta lograra abrirse por completo, Andron tomó la ventaja y comenzó a correr. El tiempo se había detenido ante sus ojos, logró esquivar a las personas, los oficiales que rodeaban el corredor, todo. El peligro, la sensación de ser cazado, se había transformado en nada más que adrenalina. La sensación y satisfacción de ser superior a ellos, que jamás lo atraparon, era un éxtasis para su cerebro.
Andron continuó corriendo y subiendo los peldaños, al llegar a planta baja, veía como incontables coches rodeaban la zona, eran camionetas negras blindadas con luces azules y rojas desprendiendo de su techo. Eso no era lo que acapara su atención, sino como un rayo azul se encontraba a su lado, casi a la par, estaba siguiéndolo desde la carrera. Claro que era ella.
Blue Velvet era un rayo. Su cuerpo se había deformado y no era nada más que energía.
Lograron salir del recinto y ambos se encontraban en la cornisa de Foxgram. Ambos veían como al frente, Con Abe, estaba siendo canalizada por incontables camionetas negras. Varios hombres desconcertados, observando más allá de lo que lograban solo para poder tener una idea de lo que había pasado. Sabían que ellos habían notado una luz cegadora azul o habían sentido una fuerte ráfaga de viento que los hizo perder el equilibrio.
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Editado: 19.11.2024