Los recuerdos de Twyla eran ácidos. Aún podía sentir sus garras sofocando su garganta, su respiración tan fuerte peleando por continuar cuerda y viva. Antes había sido apuntada con un arma, pero no había sentido tanto pavor como ese día. Esa mujer tan segura y sin miedo de hacerle daño, sin recalcar, que era una aberrante. Difícil de matar.
Meneó la cabeza. Tu tío estaba hablando y lo estaba ignorando, se perdió en su asimismo.
—Entonces fue arreglado —confirmó Enrique y volvió su mirada en Twyla—, ¿No?
—Claro que lo fue —asintió y continuó comiendo—, ¿Sabes algo más de Deanna?
El solo decir su nombre le hacía estrepitar.
—Me llamó desde 764 Highland Street, East Meadow —comentó Shawn Brown—, pero no sé qué más podría aportar con eso.
—Muchísimo —asintió Twyla.
—Parece que Acrisea volvió a la normalidad —habló Enrique señalando la pantalla del teléfono de Twyla.
Twyla volvió su mirada en su teléfono y observó como las publicaciones de Twitter habían cambiado. Habían más imágenes y videos de lo que estaba ocurriendo, y todo era reciente. Twyla no perdió tiempo y puso en reproducción un video que mostraba una tormenta eléctrica en la ciudad. Los rayos comenzaban a deslumbrar las nubes encima de la ciudad hasta que una centella de gran tamaño y grosor golpeó contra la zona. Rodeó lo que parecía una bola de cristal que circunda a Acrisea y la luz de los edificios comenzó a parpadear con dificultad.
Era difícil de distinguir pero logró ver como un punto minúsculo comenzaba a descender hasta el suelo y no parecía detenerse. Twyla cubrió su mano con la boca a su vez que en el video se escucharon aplausos y gritos de victoria. Sabía que ese punto cayendo era Blue Velvet.
—Ella debe estar bien —comentó Enrique palpando el brazo de Twyla—, no es su primera misión ni será la última.
—¿Qué sucedió? ¿Qué pasó? —se alarmó Melissa.
—Volvió la luz en Acrisea —respondió Twyla—, significa que todos están bien.
—¿Sabes que deberías hacer ahora? —pregunto Shawn Brown y tomó un poco más de su helado—, decirle a Andron lo que sabes ahora.
Twyla asintió. Estaba siendo de utilidad. Estaba ayudando de verdad.
Comenzó a marcar el número de Alan, no traía su teléfono consigo sabía que no lo atendería. Igual comenzó a marcar. Contestaron.
—¿Hola? —Era Blue Velvet. Se escuchaba pesada, pero estaba viva.
—Hola, soy Twyla —Twyla liberó el aire que no sabía que estaba aguantando—, tengo información de Deanna.
—Eso nos sería de mucha ayuda ahora mismo —la respiración de Lissa era entrecortada pero se notaba que peleaba por volver a la normalidad.
—¿Con quién hablas? —Preguntó Andron detrás del teléfono.
—Ahora no, niño —lo mandó a callar.
—¿Eso es lo que tienes en el oído? —continuó preguntando.
Twyla rió entre dientes. Le hacía mucha gracia verlo vivir y con su sentido del humor intacto.
—Escucha, Shawn Brown me dijo que la llamada fue en 764 Highland Street, East Meadow ¿Sabes donde queda?
—Un poco, un poco —suspiró Lissa—, por lo poco que entiendo es en un museo.
—¿Un museo? —de nuevo Andron.
—No sé si sea de ayuda.
—Es de mucha ayuda —Twyla podía sentir como Blue Velvet le sonreía.
Twyla colgó. Ella no debía de estar en sus mejores momentos, había usado mucha electricidad para poder recuperar la energía de la ciudad.
***
Blue Velvet estaba agotada, perdió gran parte de su vitalidad y le costaba mantenerse en pie. Andron y ella se habían refugiado en un edificio donde aparentemente no había nadie. La luz había vuelto y estaba feliz de ver como las luces iluminaban la ciudad aunque mostraban todo el desastre causado por los Aberrantes.
Anrdron no tenía su teléfono pero había abierto la señal de Andron en su comunicador que cargaba constantemente en su oído. Sabía que si recibía una llamada de parte de Twyla o Enrique debía contestar de inmediato. Andron aún no lo sabía, ni la existencia del comunicador o que compartía su señal con ella.
Caminó a duras penas hasta el tomacorriente y lo palpó haciendo que las chispas eléctricas saltaran del enchufe hasta sus manos ocupando todo su cuerpo. No podía tomar mucha energía pero tomó la suficiente como para mantenerse activa y poder ir de un lado a otro sin estorbarle a Andron.
—¿Qué sucede? —preguntó Andron viendo como su amiga volvía a la normalidad y enderezaba su cuerpo hasta estar de pie nuevamente.
—Twyla —comentó—, tu novia si quiere ser de ayuda.Así que si quiere ser parte de ti, no la rechaces.
Blue Velvet le sonrió de lado.
—Lo se —sonrió en respuesta—, es mi futura esposa.
—Tenemos que ir al museo —continuó Blue Velvet y volvió a ver a la ventana.
El desastre era inminente. La calle estaba llena de basura, destrozada, aún había marcas de los explosivos detonados por Rosewell en el asfalto. Los coches eran solo artefactos esparcidos por los lugares y las tiendas solo eran locales con vidrios quebrados y sin ningún material o alimento que ofrecer. Todo estaba vacío. No era una ciudad, no sabía como la ciudad volvería a la normalidad. Al final tenía que cumplir lo que le había prometido a Rosewell.
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Editado: 19.11.2024