Mid [#2 Aberrantes]

Capítulo 6 - Dime que tenemos un plan

—Phemphit, no puedo, solo vine por ti.

—Phemphit, ve —respondió la otra chica.

La voz de Shixed era fuerte y territorial, no era tan aguda como la de Phemphit.

—No me voy sin ti —vociferó Phemphit.

—No tengo tiempo para esto —Cooper soltó la mano de Phemphit para dirigirse corriendo a la computadora. Comenzó a buscar la celda en la que se encontraba Shixed y la abrió.

Varios encarcelados empezaron a gritar y rogar que les tocaba a ellos, lo mucho que les gustaría salir, la injusticia que era esto. Cooper quería salvarlos a todos y dejarlos libres, pero no sabía cuál de ellos era bueno, quién era malo, no podía fiarse. Cooper hizo oídos sordos mientras observaba como Shixed emergía de su celda como un oso en una cueva. Ambas corrieron en dirección a Cooper, por la forma en la que Shixed lo veía, sabía que ella no se fiaba de él.

—No tenemos tiempo —Cooper abrió las puertas del recinto—, es hora de irnos.

Los dos guardias continuaban en el suelo. Las puertas se cerraron detrás de ellos. Phemphit y Shixed vieron a los dos hombres en el suelo sin saber qué había ocurrido.

Los tres se dirigen al elevador y Cooper toca el botón.

—¿A dónde vamos? —preguntó Phemphit con un hilo de voz.

—Lo más lejos posible de aquí —respondió Cooper.

—Me gusta esa idea —Shixed se encogió de hombros.

—¿Por qué nos salvaste? —preguntó Phemphit.

—Es una historia un poco larga de explicar —Cooper subió la mirada viendo el estado actual del elevador—, y ahora no tenemos tiempo.

Las luces desaparecieron. Las luces se habían apagado por un segundo para teñirse de rojo. Los bombillos se tornaron carmesí, esto era una mala señal. Cooper se apartó del elevador, se percató de cómo las plantas iban subiendo en lugar de bajar. Venían más guardias.

—A las escaleras —Cooper corrió a una de las puertas con un cartel que marcaba «Salida de emergencia».

Las dos chicas lo perseguían tratando de seguirle el paso. Cooper subió la mirada, escuchaba las pisadas bajando, debían darse prisa.

Cooper comenzó a correr de dos en dos cada peldaño estando cerca del paredón para evitar ser vistos por ellos, lo mismo hacían las chicas. Lograron subir una planta y se adentraron a una puerta. Era el sótano 2.

Cooper la cerró una vez que todos se encontraban allí. No había ninguna diferencia en el sótano 3 a excepción de que las luces esta vez eran blancas. Seguían sin estar lejos del peligro.

Cooper se acercó al elevador, esta vez iba bajando, sabía que irían al S3.

—¿Y ahora? —preguntó Shixed.

—Tengo una idea —dijo Cooper y colocó ambas manos entre la apertura de las puertas del ascensor—, pero necesito que me sigan sin dudar ¿De acuerdo?

—Vale —respondieron las dos al unísono.

Phemphit mantenía su mirada en Cooper, mientras que Shixed no paraba de observar la puerta por la cual habían entrado. Podía sentir cómo las pisadas se aproximaban cada vez más a ellos.

Cooper intentó abrir las compuertas, sin embargo, eran muy pesadas para él abrirlas solo. Podía que Phemphit fuera de ayuda si no tuviera puesto un collarín. Cooper se apartó y de su bolsillo extrajo su vara de metal. A primera vista era pequeña y delgada, podía entrar por la pequeña apertura. Colocó el bastón en el pequeño espacio en forma de diagonal y presionó el botón para que se abriera. La fuerza y la velocidad de su apertura hizo que la puerta se abriera en un dos por tres.

Antes de que el bastón cayera al abismo, Cooper lo tomó, presionó el pequeño botón de metal y este se encogió. Lo guardó en su bolsillo a su vez que él sacó su cabeza para ver el estado del ascensor, estaba bajando. Cooper se alejó y los tres vieron como la pequeña caja de metal comenzó a bajar.

—¿Vas a hacer lo que pienso que vas a hacer? —preguntó Shixed.

Las pisadas se volvían cada vez más cercanas.

—Vamos —exclamó Cooper.

Cooper saltó y cayó encima del elevador, se sostuvo de las cuerdas que sostenían la pequeña caja de metal. Phemphit lo siguió y más adelante Shixed. Phemphit se aferró a las barandas, mientras que Cooper vio una manija, era una compuerta que habría la parte de afuera hacia adentro. Escuchó como un grupo de pisadas se alejaban del elevador comprendiendo que no había nadie dentro. Cooper abrió la compuerta y se adentró. Cayó con la misma elegancia de un gato de cuclillas.

—Entren —gritó Cooper.

Por ahora no estaba tan alarmado como debería. Sabía que los hombres uniformados debieron de haber ido a la sala de vigilancia y notar que los hombres habían sido puestos a dormir, las cámaras estaban apagadas, nadie podía ver nada. Estaban en la oscuridad y ellos eran como ratones dentro de las paredes, todo se jodería cuando ya no estuvieran a ciegas.

Cooper alzó los brazos para ayudarlas a bajar, primero fue Phemphit quien se sentó en el borde la compuerta, Cooper la tomó de las piernas a medida que se dejaba caer, luego de la cintura hasta que sus manos no tenían por donde más aferrarse. Cooper la soltó para ayudar a Shixed, Phemphit se apartó a una esquina, sentía sus mejillas sonrojarse. A diferencia de Shixed, ella fue menos complicada y más agresiva. Una vez dentro, Cooper marcó el botón de Planta Baja.




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