Tal vez no el comienzo del problema, pero tampoco el final.
Salón de juntas, Consejo principal del Trívium.
Cualquier día, de cualquier año, eso es irrelevante ahora.
─Crees que esté lista para esto, nosotros nunca lo estuvimos.
Preguntó temerosa, no estaba muy contenta con la idea de que su hija cargue con todo el peso que recaerá sobre ella, era mucho para sobrellevar, más siendo tan solo una adolescente.
El hombre aparto la vista de lo que estaba haciendo para observar a la mujer, a su hermosa mujer.
─Si ─afirma con seguridad─ creo que con nuestro apoyo podrá ayudarnos a nosotros y a ella misma.
─Ella no está preparada, nunca lo estará ─replicó el otro hombre presente en la sala con ellos.
Si alguien estaba en contra de todo esta situación ese era Jacob, no procesaba aún el hecho de que una estúpida chica fuera a tener tanto poder sin luchar por él, sin merecerlo. Una niña caprichosa no podía quitar su oportunidad de ser alguien especial.
─Si lo hará, es especial y única además tiene el don y tendrá nuestra ayuda.
─Yo no pienso perder mi tiempo con una mocosa ─entonó los ojos.
Ya tenía en mente un plan, un plan perfecto que acabaría con dos pájaros de un tiro, se encargaría de acabar con la niñata y obtendría de paso el puesto que siempre quiso y según el siempre debió ser suyo.
─Si no estás con nosotros, estas contra nosotros, decide de que bando estas.
─Del mío ─se encogió de hombros con simpleza.
─Jacob, piénsalo ─advirtió la pelinegra.
No permitiría un segundo más las ofensas, ni que tocara un solo cabello de la chica, lo conocía desde pequeños y sabía que era capaz de hacer muchas cosas horribles, que cuando no obtenía lo que quería era mejor echarse a correr. Pero por una vez deseaba darle un voto de confianza e intentar arreglar el problema de la mejor forma posible, sin luchas, daños o muerte alguna.
─No hay nada que pensar Emer.
Suspiró con nerviosismo, esto se salía de control.
─Pero Jacob…
─Ya déjalo Emer, ya está decidido está en nuestra contra ─ escupió con furia─. Vete ya no eres bienvenido y quedas destituido de tu puesto de principal consejero del Trívium.
─Váyanse al infierno ─gritó justo antes de cerrar la puerta de un portazo.
─Creo que esto se te está escapando de las manos Ebros.
─Yo sé lo que hago Emer, confía en mi.
La mujer asintió no muy confiada, era su marido y sabía que no permitiría que algo malo le pasase a ella o a su hija, pero conocía demasiado bien el peligro en que se encontraban todos y le aterraba.
Disponible en Wattpad / Angel_Greek