Durante unos instantes, ambas partes se miraron mutuamente, Midory fue la primera en actuar, inclinó su cuerpo, saludando.
"Su discípula rinde homenaje a su mentor"habló.
Eros se sonrojo moviendo una de sus manos.
"No seas tan formal, hazlo cuando estemos entrenando, ahorita somos dos conocidos que se vuelven a ver" dijo el mayor a la ligera, su postura se inclinó hacía atrás levantando el pecho, se veía emocionado, la joven recuperó su postura asintiendo.
Midory en ese momento se encontraba en paz, apenas unos momentos antes tenía pesar en su corazón, pero ahora que estaba con su maestro, era llenaba por una felicidad indescriptible.
Se había convencido a si misma de intentarlo, creía que su maestro la apoyaría.
"Entonces Midory, quería decirte la dirección en donde puedes encontrarme, si tienes algún problema..." antes de terminar la oración la joven volvió a inclinarse tomando por sorpresa al mayor.
"Está discípula desea pedir disculpas por sus acciones del día de ayer, pagué con desprecio su amabilidad, suplico su perdón" comentó ella cerrando los ojos, no podía pedir la ayuda de su Maestro sabiendo lo que había hecho, se sentía incómoda y quería remediarlo.
Con una mirada indescriptible, su mentor habló.
"Tu maestro no te guarda rencores, levántate, lo que hiciste ayer no me hizo enojar, eres libre de tomar la decisión que quieras" dijo el tratando de aliviar la culpa.
La menor se negó a moverse.
"Agradezco su indulgencia, pero he aprendido de mis errores, fui irrespetuosa al rechazar su ayuda e incluso así, usted me dió un regalo que no podré pagarle, debido a eso, me gustaría que me permita solicitarle un deseo egoísta como respeto a su solidaridad" la cara de Eros se ensanchó en sorpresa, no esperaba tal cambio de actitud de parte de su discípula, aunque la conocía de muy poco, creía que podía entender a la menor, ahora se daba cuenta que había sido muy ingenuo al pensar eso
"Habla, que deseas pedir" comentó recuperando la compostura, su rostro estaba serio, a la expectativa de lo que escucharía.
"Quiero que el maestro me entrene en sus estilos de lucha, se que va en contra de mis acciones de ayer, también que no puedo usar técnicas, pero he decidido seguir ese camino después de meditarlo, quiero luchar aún si es imposible" respondió ella arrodillándose, está vez Eros ya no podía quedarse con la duda, quería saber porque su discípula tenía tales pensamientos.
"Antes de darte mí respuesta, dime una cosa, ¿Porque cambiaste de opinión?" Preguntó con los ojos estrechos, tenía curiosidad sobre ese hecho.
¿Había cambiado de opinión? Parecía como si estuviera escondiendo algo más.
La menor pensó en su respuesta, quería ser sincera, pero hablar abiertamente sobre cómo se sentía era difícil para ella.
"Hoy aprendí que he cometido muchos errores, me gustaría remediar uno de ellos mientras pueda" comentó evitando decir más. Una mirada de comprensión surcó los ojos de Eros.
"Así que te avergüenzas de la forma en que has vivido" consideró el mayor, entendía ese sentimiento, él había dicho algo similar de joven, podía empatizar con la menor, ayudarla era posible.
Posicionó sus manos detrás de su espalda y asintió con la cabeza.
"Midory, veo qué has aprendido algo muy importante, si esto te motiva a continuar, estoy dispuesto a entrenarte, empecemos"con un gesto ambos entraron en una barrera que el mayor había creado.
Nadie que no sintiera la energía notaría la barrera y para sentir una barrera tenían que estar a un metro de su ubicación. Estaban seguros.
Los ojos de la chica brillaron en emociones complejas, se habían movido hasta estar en la sombra de un árbol, dejó su bolso a un lado parándose enfrente de su maestro.
"Está disculpa está motivada a lograrlo, aunque sea difícil, espero pueda guiarme con su sabiduria" el tono serio en la voz de la joven hacía suspirar al mayor.
Tanto respeto para él lo conmovía, su percepción de Midory mejoró, la veía como alguien capaz.
" A cambio de tu favor de ser entrenada por mí, cuídare de ti, ahora escucha" su autoridad se expreso en las siguientes palabras, la joven puso atención.
"Se que quieres entrenar mí forma de pelea, bajo tus condiciones, es la única forma de tener una ofensiva, sin embargo, aprender un estilo requiere mucho esfuerzo" Midory asintió.
"Lo entiendo" dijo ella, Eros sonrió y sin poder evitarlo acaricio la cabeza de Midory, la joven se avergonzó aunque no dijo nada.
Después de expresar cada uno sus preocupaciones y aclarar los riesgos, empezaron el entrenamiento.
Con mejores energías Midory estiraba su cuerpo por órdenes de del mayor.
A los pocos segundos, el ambiente se torno pesado.
La cara de ambos era rígida, parecían tener ideas complejas.
Eros imaginaba que sería difícil entrenar a una persona normal en los estilos de lucha, pero la menor rozaba esa línea.
Comenzando los estiramientos ya hacía muecas de dolor, a veces tenía que detenerse para respirar.
Trató de convencerse de que era normal para alguien que no practicaba ejercicio.
Sin embargo, el suspiro que soltó hizo que su molestia se reflejará.
La joven entendía lo que podría estar pensando su maestro y agachó la cabeza avergonzada, quería desistir, pero ella había aceptado entrenar de esta forma.
El problema era sencillo: Midory era pésima en actividades físicas.
Con los deportes era una de las peores estudiantes de su grado, superando incluso al chico que se sentaba a la par suya que siempre estaba enfermo.
Saltar enrojecía su cara.
Correr la hacía respirar con dificultad.
Estirarse era un concurso de muecas de dolor.
Un desastre en todos los aspectos ,y aún así, debía luchar contra su peor defecto para mejorar.
El estado de ánimo de ambos se mantuvo malo durante los estiramientos, después Eros le ordeno como primer ejerció correr alrededor del prado.