Isabella estaba en la facultad, había terminado su clases, ese día no le tocaba ayudar en
la catedra al profesor. Era viernes, ocho largos días desde la muerte de Carla y de que
privaran de su libertad a Andy, se sentía abatida, sola e impotente para ayudar a su her-
mano, necesitaba encontrarse con Antonio que le diera al menos una palabra de aliento,
una esperanza por muy chiquita que fuera, pero, no lo vio, se dirigió a la salida, bajó des-
pacio la interminable escalinata y caminó en dirección a la parada del colectivo que la lle-
varía hasta su casa. De pronto sin darse cuenta, cambió de rumbo y se encontró en la
puerta del restaurante donde comía su profesor, se acercó, miró por el ventanal del lugar
vio a algunos profesores, pero, no al doctor Ocampo, ya se iba, cuando alguien la llamó
por su nombre era él, quien recién llegaba para ir a almorzar.
_ Isabella, entre, comamos juntos
La muchacha no lo pensó demasiado y obedeció a su profesor, encontraron la mesa
donde siempre se sentaban, ocupada, pero, Antonio habló con el mozo, quien se acercó
a la mesa, y pronto quedó libre, el doctor Ocampo era generoso con las propinas.
El mozo volvió trayendo el menú, Antonio pidió directamente su plato preferido, e Isabella
se decidió por una cazuela de mariscos, el profesor pidió una botella de vino blanco.
Comieron, bebieron y rieron, conversaron de temas cotidianos, Antonio estaba de buen
humor y muy atento con Isabella, pero, ella no podía dejar de pensar en la situación de
su hermano, el profesor se dio cuenta de que ella estaba por momentos distraída, que sus
ojos no brillaban.
_ que pasa Isabella, no está a gusto, hay algo que le molesta
_ no, estoy bien, es que pienso en Andrés, no me siento tranquila, sabiendo que él,
está pasando por este sufrimiento.
_ la entiendo, pero, tiene que distenderse o se va a enfermar y en ese estado, no podrá
contener a su hermano, ni continuar con su vida.
_ lo sé, estoy muy preocupada por él
_ no tiene que preocuparse, sino ocuparse
_ pero, que es lo que puedo hacer yo, no está en mis manos
_ se equivoca, en primer lugar cuidar de sí misma para no deprimirse, y luego cumplir con
sus compromisos, el lunes empezará a colaborar en mi estudio
_ eso es verdad profesor?, quiere decir que aceptó mi propuesta, que va a defender a An-
drés
_ aún, estoy estudiando el caso es complicado, pero, voy a hacer todo lo posible por ayu-
darlo
Isabella no lo podía creer, estaba emocionada, en un arrebato se levantó, se acercó a
Antonio, lo besó en la mejilla.
_ sientése, Isabella, por favor- le dijo casi molesto
_ disculpe profesor, sólo quise mostrarle mi agradecimiento
_ está bien, a qué hora puede estar en mi estudio
_ apenas termine con mis clases allí estaré
_ de acuerdo a las trece horas, sea puntual, a qué hora, tiene que estar en el colegio
dando clases
_ Entro a las diecinueve horas y termino a las diez de la noche
_ será un largo día, pero, de toda maneras no cursa todos los días verdad?
_ no, claro, y tampoco doy clases en el secundario a diario
_ de acuerdo entonces el lunes a las trece horas en punto espero que esté en el estu-
dio, por lo general no estoy mucho tiempo allí, mi personal se ocupa de todo, yo me de-
dico a lo que realmente sé y hago bien que es estudiar los casos, defender a mis clientes
en un juicio y ganarlo, tu jefa será la doctora Bárbara, una abogada de mi absoluta
confianza.
_ allí estaré profesor, no se arrepentirá de haberme escuchado, se lo aseguro
_ eso, déjemelo comprobar a mí
_ cuando irá a ver a mi hermano, está muy desanimado y verlo lo hará sentir mejor
_ mire, muchacha no se equivoque yo soy abogado, no su terapeuta, mi función será
asesorarlo legalmente y quizás tenga que decirle cosas que no le gustará oir, ya que no
es mi estilo vender ilusiones, será un trabajo arduo, yo haré lo posible por ayudarlo,
pero, él tendrá que colaborar diciendo toda la verdad,
_ confío en usted doctor, y también confío en la inocencia de Andrés
_ Isabella, me gustaría que al menos aquí me tutearas, me haría sentir más joven, ade-
más, nuestra conversación sería más fluida y franca, si nos tratáramos como si fuéramos
de la misma generación
_ es que me resulta difícil tratarlo de vos, perdón, tratarte
_ así está mejor, ves que no es tan complicado, por supuesto que tanto en la facultad, co-
mo en el estudio, volveremos a hablarnos de usted
_ de acuerdo, pero, ahora decime cuando vas a ir a ver a mi hermano
_ por favor no aproveches esta confianza que te tengo, para tratar de imponerte en mis
decisiones
_ discúlpame, no era mi intención, es que estoy muy impaciente con esta situación
_ parece que mis observaciones no te han servido para entender que ni la ansiedad, ni la
impaciencia son buenas consejeras para un futuro abogado
_ siempre me estás dando una lección
_ es mi deber como profesor hacerte ver lo que deberás modificar, pero, también valorar
tus méritos y cualidades, como lo hice cuando te propuse ser mi ayudante
_ gracias, cuales serán mis funciones en tu estudio
_ tendrás que esperar hasta el lunes, tu jefa te dirá cuales serán tus tareas
_ no vas a estar ahí?
_ a veces me doy una vuelta por allí, pero, sin horarios, confío en mi personal
_ o sea que no me vas a dar la bienvenida?
_ por las dudas no me esperes, los lunes tengo una agenda apretada, hablando de otro
tema, vos ya no vivís con tu hermano verdad?
_ no, desde hace un año y medio vivo sola