Mientras no me olvides, no me habré marchado del todo

Capítulo 28 - ... ¿QUÉ SIGNIFICA?... 2

Me levanto con una mala sensación, desde que anoche me encontré con Marina no pude disfrutar de la noche, de la corta noche, ya que tuve que irme pronto a casa. Hoy tengo entrenamiento bien pronto con el equipo.

 

Acabo el entrenamiento y salgo en dirección a mi casa pero de repente una oleada de periodistas me acosa a la salida, lanzándome miles de preguntas que no entiendo. ¿Qué habrá pasado? Como puedo llego a mi casa. La mesa del salón está preparada y la comida también por lo que me siento en ella dispuesta a comer.

 

Pero no sé porque alzo la mirada para mirar la televisión y me quedo sorprendido con lo que veo.

 

       -       Aquí os dejamos unos videos sobre la noche vieja de algunos jugadores, pero sobre todo de alguno que se lo ha pasado mejor que otro – dice uno de los presentadores.

 

Sale el video, en él se ven a muchas personas, todas bailando en lo que parece ser una discoteca. Me suena la discoteca, pero no estoy muy seguro. La cámara se va acercando y se empiezan a distinguir las caras de los presentes. Se nota que la gente ha bebido demasiado, hasta que la cámara se centra en una pareja que baila juntos muy pegados. Se acerca más y puedo distinguir de quien se trata. Dios no por favor, ¿por qué me pasa todo a mí? A continuación se ve como Marina me besa y el video se acaba.

 

      -       Lo habéis visto muy bien, el joven jugador promesa del Real Madrid, ha tenido una noche muy movidita. Pero lo que nos preguntamos es ¿Quién es esa chica? Porque claramente no es su novia, ¿habrán roto y no nos hemos enterado? Porque a decir verdad sabemos que las navidades no las han pasado juntos – dice otro de los presentadores.

       -       No lo sabemos, lo que sí sabemos es que Marco Asensio se lo ha pasado en grande anoche y no sabemos si esto le traerá cola – le contesta su compañero.

 

No sé porque me da que en esto ha tenido algo que ver Marina, estoy segurísimo de ello. ¡Dios María! Como haya visto esto estará dolida y enfadada, por favor, que deje que me explique, por favor. Ruego pensando mientras estoy llamando ya a su número.

 

Pero no coge el móvil, confirmándome que ha visto la noticia. Ni siquiera me siento en la mesa a comer, me encierro en la habitación para intentar que me coja el móvil, pero no lo hace. Me estoy desesperando poco a poco, tanto incluso que ya no puedo retener las lágrimas, no sé porque tengo la sensación de que acabo de perderla para siempre.

 

De repente una de las miles de llamadas que hago, finalmente me coge.

 

        -       María – digo esperando que me conteste. Mis piernas no dejan de temblar, en realidad estoy con todo el cuerpo temblando y con mi corazón a toda pastilla.

        -       Dime – contesta seca.

        -       ¿Has visto las noticias? – pregunto dudoso.

        -       Sí las he visto, ¿qué quieres? – me pregunta borde.

        -       Amor, déjame explicártelo por favor – suplico deseando que me escuche.

       -       No quiero oírte Marco, ¿qué vas a decirme? ¿Qué no querías que eso pasará? ¿Qué bebiste demasiado? – me contesta.

        -       Sí bebí mucho amor, lo siento, perdóname – suplico, porque si no hubiera bebido tanto habría notado sus intenciones desde el principio.

       -       Lo siento Marco, tus perdones no valen nada – me contesta ahora llorando – Me has engañado, te has besado con otra en noche vieja.

        -       Perdóname amor, te lo suplico – digo llorando también.

     -       Lo siento, pero no puedo. He sufrido demasiado en esta vida como para seguir haciéndolo más, es algo que no puedo perdonar. Confiaba en ti Marco, lo hacía, ¿y me lo pagas así? ¿Por qué? Dime porque, ¿qué he hecho mal? ¿Es que acaso ya no me querías? Prefería que me lo hubieras dicho a tener que ver cómo te besabas con otra – me dice llorando.

       -       Te amo mi amor, no digas eso. Bebí más de la cuenta, solo nos besamos, no pasó nada más, créeme – digo rápidamente porque sé que no me va a dejar que le explique todo.

         -       Ya no puedo creerte Marco – me contesta – Esto se acabo.

         -       ¡No! María, por favor no, te quiero – digo llorando sin creerme lo que está pasando, no puedo perderla. No dejo de llorar, no puedo parar, ella es mi vida.




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