Mientras no me olvides, no me habré marchado del todo

Capítulo 40 - Aún no

Había pasado una semana desde que Marco y yo habíamos arreglado las cosas. La verdad que esta semana había sido genial. Marco ha venido todos los días a buscarnos a Natt y a mí a la escuela, nos llevaba a comer a algún sitio y pasaba con nosotras toda la tarde.

 

No sé qué es lo que va a pasar de aquí en adelante, pero por una vez en mi vida he dejado de pensar en ello, en los problemas, y ahora mismo estoy feliz, sé que puedo serlo.

 

Marco se había ido con el equipo fuera de Madrid para jugar un partido de la Champions. No nos veríamos en un par de días, así que podría aprovechar estos días para estar las dos juntas, unos días de chicas.

 

 

Mientras limpiaba la casa, Natt miraba los dibujos animados en la televisión. De repente el timbre de la puerta suena. No sé quién puede ser, no esperaba ninguna visita. Me acerco a la puerta y la abro encontrándome a una persona que no me esperaba.

 

Me quedo estática mientras miro a la persona que tengo enfrente, veo como me sonríe y sin poder evitarlo suelto un grito de emoción y corro a abrazar a la persona que tengo enfrente de mí.

 

- No esperaba verte, ¿qué haces aquí? – le pregunto curiosa mientras la invito a pasar.

 

- Aquí me ves, ¿no te alegras de verme? – me pregunta.

 

- Pues claro que si Iris – le contesto mientras la vuelvo a abrazar.

 

Desde que me mudé a Madrid casi no la había visto, la echaba mucho de menos. ¡Y aquí la tengo!

 

- No sabes la ilusión que me hace que estés aquí – le digo.

 

- Estaba cansada de Santander y he decidido venir a vivir aquí en Madrid, acabaré las prácticas también aquí – me dice contesta mientras no sentamos en el sofá.

 

Iris siempre se quiso venir conmigo cuando decidí venirme a Madrid, pero por una cosa y por otra no tuvo la oportunidad. Hasta ahora.

 

Natt la ve y corre en su dirección, siempre se han llevado muy bien.

 

Hablamos de un millón de cosas durante toda la tarde. Decidí que Iris se quedaría a vivir con nosotras hasta que encontrará un trabajo y un piso para vivir.

 

Y así transcurrieron los dos días, entre risas y buenos momentos, entre chicas.

 

 

 

Los chicos habían vuelto y aún no había visto a Marco, por lo que decidí, al tener libre esa mañana, ir a Valdebebas para ver el entrenamiento. Y como no, Iris me acompaña. Si no viene seguramente me hubiera matado. 

 

Además de que hoy por la noche había una gala benéfica cuyos anfitriones eran el Real Madrid, por lo que todos los componentes de la plantilla tenían que ir y por supuesto Marco me había invitado. Le comenté que estaba Iris y también venía con nosotros por lo que los días anteriores fuimos en busca del vestido perfecto.

 

 

 

Iris y yo estamos atravesando las puertas de la ciudad del Real Madrid. Pasamos al campo y me quedo observando a los chicos entrenar, bueno en concreto a Marco, para que vamos a mentir.

 

Iris está alucinando, es la primera vez que visita el campo y que ve a los jugadores en persona, pero creo que aunque esta embobada viendo todo, solo tienen ojos para Isco.

 

Veo como los chicos se giran para vernos mientras nos sentamos en las gradas. Marco me mira, se queda empanado mirándome y no puedo evitar sonreír. El resto de la plantilla se empezó a reír de él, todos menos Isco, que se quedo observando fijamente a mi amiga. 

 

Al acabar el entrenamiento esperamos en la salida a que salgan. Cuando los veo salir no puedo evitar echar a correr y lanzarme en los brazos de Marco.

 

- Te he echado de menos Marco – le digo mientras me deja en el suelo.

 

- Yo también a ti pequeña – me dice mientras se acerca a mis labios y me besa.

 

- Bueno, bueno… Que corra el aire – dice Isco mientras nos separa.

 

- Que envidioso eres – le digo mientras le abrazo.

 

- ¿Qué haces aquí? – me pregunta Marco mientras pasa un brazo sobre mis hombros.

 

- Darte una sorpresa ¿no te gusta? – le pregunto mientras me giro para mirarle.

 

- Me encanta amor – me dice mientras me besa.

 

Llegamos al coche y allí se encuentra Iris.

 

- Chicos ella es Iris, bueno a Marco ya lo conoces y él, bueno él es Isco. Isco ella es Iris una de mis mejores amigas – les presento.

 

- Hola – dice Iris con voz quedada casi como un susurro por lo nerviosa que está.

 

- Hola, encantado – le responde Isco mientras se acerca para darla dos besos.

 

Se quedaron un rato mirándose sin importar que nosotros estuviéramos allí, así que con una sonrisa nos alejamos un poco de ellos, para dejarles intimidad y así hablar un rato nosotros dos solos.




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