Mientras no me olvides, no me habré marchado del todo

Capitulo 51 - El final

EL FINAL

 

A lo largo de nuestras vidas vamos acumulando muchas cosas, penas, alegrías, tristezas, nostalgias y amores que un día fueron todo en nuestra vida y hoy por las razones que sean han quedado en sólo eso: recuerdos.

 

Esas mochilas con las que vamos cargando todos los días hacen que todo pese más de lo debido, por lo que convendría descargarnos de muchas de esas frustraciones y desamores para que caminemos por la vida sin tanto peso.

 

¿Por qué nos cuesta tanto desprendernos de esos sentimientos que sólo nos hacen daño? ¿Por qué no tiramos todas esas cosas que no nos sirven por mucho que las añoremos? Debemos soltar, aprender a no cargar con tantas tristezas sobre los hombros, al final te queda el cuerpo cansado, tu vida aniquilada, sin fuerzas.

 

A veces vamos por la vida mirando hacia atrás, pensando en lo que pudimos hacer y no se hizo, en sueños abandonados, ilusiones, trabajos y amores que quedaron atrás. Pero por mucho que duela, esas cosas que quedaron atrás están en su lugar correcto, el pasado. Hay que dejar esas cosas atrás, en el pasado, dejarlas ahí. No es saludable vivir con tantos recuerdos, con tantas amarguras.

 

Si alguna vez amaste y te amaron pero la relación sólo quedó en un hermoso o triste recuerdo, debes seguir, volver a reinventarte de nuevo, volver a tener sueños y esperanzas.

La vida siempre nos traerá muchas cosas con las que iremos llenando la mochila a lo largo de nuestras vidas. Pero esa mochila es tuya, es tu vida, y de ti depende cuanto pese la mochila con la que cargas. Tú eres quien decide qué se mete, qué permanece dentro,  qué cosas, recuerdos y sentimientos ya no tienen lugar en tu mochila. No es bueno ir llorando la tristeza de sueños rotos, de metas que no se lograron; al contrario, trata de sacar y dejar que el viento se lleve esos dolores que nos hacen pedazos el corazón.

 

Algunas pertenencias son muy pesadas y no deberías seguir manteniéndolas en la mochila de tu vida. Tal vez un día te diste cuenta de que todo cuánto tenías no era verdad, que el amor que soñaste no era tal, o has tenido sueños que se han visto truncados por situaciones que nos has podido solucionar…

 

Ten valentía, levántate y planta cara a la vida, despréndete de todo lo que está allí, de esas cosas que verdaderamente pesan, cosas que pesan porque cuando las miras te hacen mal. Lanza al aire esos sentimientos atrapados en tu mochila.

 

No sufras por quien no supo amarte, no des más de ti de lo que ya diste. Si acabaste sintiendo un vacío, no importa, siempre habrá posibilidades de volver a empezar una mejor vida. Deja en la oscuridad todo aquello que no te deja ver el sol, respira y suelta esos malos recuerdos, libera tu alma, deja que tú corazón vuelva a estar contento, dale la oportunidad a la vida de volver a conocer el amor, de volver a ver el mundo con buenos ojos. No importa por lo que has pasado, siempre hay razones para volver a sonreír, siempre habrá un mañana para volver a comenzar.

 

Libérate de esa mochila que te pesa tanto y no te deja caminar.

 

Puedes ser feliz, lo vas a lograr, ten buena actitud y un día te verás caminando ligera y abierta a las ventanas de una nueva vida.

 

Un amor no te puede disminuir, te debe fortalecer, recuerda que cada vez que no te aman no eres tú quien pierde, al contrario, ellos pierden y tú ganas.

 

 

Siento como alguien me zarandea intentando despertarme, siento como alguien me suplica.

 

      -       María, por favor, abre los ojos - oigo a lo lejos la voz de Marco.

      -       Te quiero Marco – consigo decir en un susurro.

      -       ¡María, por favor! Yo también te amo, pero no me dejes – me suplica.

 

Mis ojos que estaban un poco entreabiertos aunque lo viera todo negro se comienzan a cerrar. No tengo fuerzas para nada más.

 

      -       ¡NO! – oigo a Marco – No cierres los ojos amor. ¡Por favor no te vayas! ¡Tú no por favor! – es lo último que oigo.

 

Cierro definitivamente los ojos. Y me voy, siento como me voy de allí, cómo me alejo.

 

 

Mi último aliento, mi último suspiro, el final de todo, de todo y de mi vida.

 

 

Te amo Marco, siempre lo he hecho y siempre lo haré allá dónde esté.

 

 

 

 

 

Recuerda: Mientras no me olvides, no me habré marchado del todo.




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