Miguel

Inmigrantes

El sol pegaba con fuerza sobre la cubierta del USS Thompson mientras navegábamos por las tranquilas aguas del Caribe. Era un día típico en la mar, lleno del ajetreo y el bullicio de la vida a bordo. Yo era un joven marinero, recién salido de la academia, y todavía me maravillaba la inmensidad del océano y el poder de nuestro barco.

Mi trabajo consistía principalmente en tareas de mantenimiento y vigilancia, pero también participaba en ejercicios de entrenamiento y simulacros de batalla. La vida en la armada era dura y exigente, pero también gratificante. Había aprendido la importancia del trabajo en equipo, la disciplina y la autosuficiencia. También había formado estrechos lazos de amistad con mis compañeros de tripulación, que eran como una segunda familia para mí.

Un día, mientras realizaba mi guardia en la cubierta, divisé una pequeña embarcación a lo lejos. Se acercaba a nuestro barco a toda velocidad, y algo me dijo que no todo estaba bien. Llamé a mis superiores y pronto supimos que la embarcación estaba transportando a un grupo de inmigrantes ilegales.

Inmediatamente se puso en marcha un operativo para interceptar la embarcación y asegurar a los pasajeros. Yo formaba parte del equipo de abordaje, y fui uno de los primeros en subir a bordo. La escena que encontré fue caótica. Había docenas de personas apiñadas en un espacio reducido, muchas de ellas enfermas y desnutridas.

Trabajamos rápidamente para calmar la situación y brindar atención médica a los que la necesitaban. También interrogamos a los pasajeros para determinar su origen y destino. Resultó que huían de la violencia y la pobreza en su país de origen.

La experiencia me conmovió profundamente. Me di cuenta de que había muchas personas en el mundo que sufrían, y que yo tenía la suerte de vivir en un país libre y próspero. También me sentí orgulloso de ser parte de la armada y de poder ayudar a los que más lo necesitaban.

Ese día aprendí una valiosa lección sobre la importancia de la compasión y la humanidad. También me reafirmó mi compromiso de servir a mi país y proteger a los que están en peligro. La vida en la armada no siempre es fácil, pero sé que estoy haciendo una diferencia en el mundo. Y eso es algo de lo que puedo estar orgulloso.



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En el texto hay: progresismo

Editado: 08.06.2024

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