Tu voz, esa sinfonía que enmudece mis palabras, aumenta mis latidos y apacigua mi alma, voz digna de un ángel, aveces me pregunto si vienes del cielo, por que sólo un ángel puede poseer tu belleza, tus calidas manos inquietas recorren todo mi cuerpo con amor y ternura.
Siento las palabras que salen de tu boca acaricindo mis oídos, suavizando mi alma y calmando mi ser, es mejor que cualquier droga, aún más que cualquier objeto de adicción, la única diferencia es que eso me hace bien compatado con las demás cosas.
Ser la persona más importante para mí es algo que te has ganado y vaya que sí, luchas, te preocupas, siempre estás pendiente, harías lo que fuera y todo eso por mí, yo estoy dispuesto a eso y mucho más por ti, por el amor que nos tenemos el uno al otro, debemos luchar por lo que amamos de verdad.
Nunca dejaré de agradecerte por lo feliz que me haces, siempre tendré una deuda eterna contigo por tratar tan bien a mi antes triste y moribundo corazoncito, eres un amor, una ternura, todo un sueño hecho realidad, una mujer que cualquier hombre desearía tener.
Aveces me preguntan si vales la pena, ya sabes, por algunas limitaciones que tenemos por ahora y les digo que no, la pena valdría cualquier cosa, para mí tú lo vales todo y más, luchar para acabar con estas ataduras, estas cadenas que nos separan es lo que definirá verdaderamente nuestro futuro juntos.
Y con esto me despido, mi dulcesito de miel, aveces me digo a mí mismo que haberte elegido a ti fue, es y será la mejor elección que he podido hacer en toda mi vida, ya no soy el mismo de antes, mira que algo tan simple como sonreír se me dificultaba bastante y ahora vivo haciéndolo a cada rato gracias a ti, mi voz de ángel.