Capítulo 1

La mañana se cernía sobre la Serranía de la Macarena con una armonía que solo la naturaleza podía ofrecer. Sofía Sánchez, con sus botas de montaña empapadas de rocío y su mochila repleta de herramientas de botánica, contemplaba con admiración los tonos cambiantes del amanecer. Siempre había sentido que este lugar tenía un alma propia, una conexión con la vida que superaba cualquier explicación científica. Esta conexión era la razón por la que había renunciado a una vida normal en la ciudad y dedicado su vida a la protección de este lugar.

Mateo Torres, por otro lado, estaba más preocupado por las gotas de sudor que se deslizaban por su frente que por la belleza del paisaje. Arrastrando su pesada mochila de equipo de grabación, trató de mantenerse al día con Sofía, su guía designada para esta aventura. A pesar de su agotamiento, no podía evitar sentirse intrigado por la seriedad y la dedicación de esta mujer que parecía ser parte de la selva misma.

"¿Siempre es así de húmedo?", preguntó Mateo, limpiándose la frente con la manga de su camisa. Sofía le dirigió una mirada divertida. "Bueno, estás en uno de los lugares más ricos en biodiversidad del planeta. El clima húmedo es esencial para mantenerlo".

Mateo asintió, tratando de mantener su resuello bajo control. Nunca había sido un gran amante de la naturaleza, pero su trabajo como reportero de viajes lo había llevado a lugares exóticos y le había enseñado a apreciar la belleza del mundo natural. Pero esta mujer, pensó, ella era algo completamente diferente. Ella era parte de este lugar, su amor y respeto por la naturaleza era tan palpable como la humedad en el aire.

Al final del día, Sofía se encontró pensando en Mateo. A pesar de su inicial resistencia hacia él, algo en su espíritu alegre y su interés genuino por su trabajo había hecho mella en ella. Pero cada vez que estos pensamientos la atravesaban, los silenciaba rápidamente. Ella no tenía tiempo para distraerse con sentimientos románticos. Su trabajo era demasiado importante.

"Mil veces no", se decía a sí misma, recordando sus prioridades. Pero algo en su interior sospechaba que mantener a Mateo Torres a raya sería más desafiante de lo que había previsto.