~ ELETTRA ~
Luego de la pequeña tensión que habíamos vivido, sentía que podía hacer un poco las paces ahora para estar más tranquilos durante la cena, tenía la suerte de que ahora que era tiempo de siembra, siempre había personas en el viñedo, así que no estábamos del todo solos. Martin se sentó en la mesa luego de dejar a Diora en mis brazos, aproveché para sentarla a mi lado, ya que la pequeña tenía hambre y teníamos que alimentarla antes de llevarla a dormir.
—Me gusta el lugar que tienen acá, es muy bonito —dijo el hombre cuando todos estuvimos en la mesa—, espero que Marc no te haya puesto a pagar todo a ti —continuó “haciendo una broma”, cosa que no había entendido, ¿qué tenía de malo que yo haya tenido que pagar por el lugar? Éramos esposos y Marc era quien estaba trabajando por el lugar.
—El lugar de los dos, no importa quien lo haya pagado —respondió antes de que mi esposo pudiera decir algo, aunque no me importaba el sentido del humor pesado, sentía que aquello era más que eso, no era humor sino era más un ataque de su propio padre, cosa que no debería sentirse del todo bien. Pasé mi mano por la mesa y tomé la de Marc, quien estaba rojo, enojado—. Nosotros no hablamos de dinero, no es un tema que sea necesario, estamos construyendo un futuro para nuestros hijos y eso es lo importante.
—No me refería a eso, sino que Marc tuvo problemas en el pasado y no me gustaría que te manche el suyo… —atajó el hombre de mala gana.
—Padre, si viniste solo a echarme mierda, yo creo que mejor no seguimos fingiendo —Marc respondió sin levantar tanto la voz, tampoco estábamos ahí para comenzar una pelea, se suponía que él quería arreglar las cosas, pero tampoco estaba haciendo el mejor movimiento como para lograrlo—. Han pasado años desde que estuve preso y no tengo antecedentes penales, todo fue un mal entendido, pero tú abandonaste a tu familia como un cobarde y nadie te está echando en cara ahora, así que es mejor que cierres tu gran boca.
—Sé lo que hice, pero yo no te crie para que hicieras lo que hiciste… No dijiste nada, no pediste ayuda, no quisiste que nadie te diera una mano —Respondió el mayor mirándolo fijamente, aunque había muchas cosas que no entendía de lo que había pasado, sabía que ninguno de los dos era culpable, sólo había sido cosas fortuitas que pasaron—, así que ahora no me culpes por haberme ido… No me necesitabas.
—No lo hacía porque cada vez que te pedía algo, siempre querían cobrarme el doble o el triple, nunca me gustó pedirte nada por eso —Ahora si el hombre estaba levantando la voz, Goldie y yo nos habíamos quedado completamente en silencio, ya que no sabíamos qué decir—. Ahora soy feliz, no quiero que regreses a mi vida para hacerme sentir miserable, no es justo para mi esposa e hijas —La voz de Marc se suavizó notablemente, me miró e intentó relajar su cuerpo dando un par de respiraciones.
El silencio nos invadió un par de minutos, hasta que un suspiró de Martin, levanté la mirada y quería decir algunas palabras, yo tampoco podía decir que tenía una familia cercana y perfecta, mi padre había hecho mucho daño y luego Santino quiso tomar ese camino. Así tampoco sabía cómo suavizar lo que estaba pasando. Tragué saliva antes de abrir mi boca y tratar de arreglar lo que había pasado, aunque no haya sido mi culpa, yo había insistido en invitar al hombre, así que Marc seguramente no estaba contento por esa decisión que había tomado: —Mi padre murió decepcionado de mí, nunca tuve la oportunidad de arreglar las cosas que hice y por lo que también lo llevé a la muerte… No quiero que ustedes sientan lo que yo hace algunos años… Por favor, intentemos olvidar las cosas que pasaron y seguir adelante…
Sabía que pedirle que ya no tocaran el pasado era algo egoísta, es como hacerse el ciego por las cosas que hicieron, pero tampoco podían pasar el resto de sus vidas haciéndose miserables el uno al otro por cosas que ya ni siquiera podían cambiar, no era justo para ninguno.
—Siento lo que hice hijo, sé que no debí dejarlos y cada día me arrepiento por hacerlo, no espero que me perdones ahora, pero solo quiero que sepas que reconozco mi error y lo pagaré hasta el día que me muera —Las palabras de Martin me tomaron por sorpresa, no sabía cómo reaccionar ahora, me habría encantado escuchar eso de mi padre, pero ahora era un poco complicado, esperaba que, en otra vida, él si pudiera perdonarme y yo perdonarlo por las cosas que hizo.
—Ninguno ha sido perfecto, yo cometí muchos errores, pero la vida nos ha llevado a este lugar, no podemos seguir odiándonos, solo quiero tiempo para que las cosas sanen —Marc respondió extendiendo una de sus manos a su padre, era bueno que al menos pudieran intentar dejar las cosas atrás para poder seguir. El mayor le tomó la mano, aunque me habría encantado que se dieran un abrazo tampoco podía pedirles demasiado ahora, tenían que hacerlo con calma.
Sabía que poco a poco podríamos lograr que tuvieran una mejor relación, yo quería que mi hija tuviera cercanía con su abuelo, ya que uno de ellos ya no estaba así, que mejor que estar con uno de sus abuelos vivos. Además, quería viajar y enseñarle el mundo a mi pequeña. Pudimos comenzar a comer.
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Editado: 28.09.2023