Cerré las puerta tras de mi una vez más resignada.
Con todo el asunto de la muerte no estuve mucho tiempo con Diana en el momento que más necesitaba, seguía furiosa con ella aún después del funeral pero no puede estarlo más cuando me confesó llorando que estaba embaraza y no tenía idea que hacer ahora puesto que ni siquera sabe quien es el padre, durante los días siguiente trate de animarla por todo los medios posible, sin embargo la rubia me pidio espacio alegando que necesita un tiempo para pensar y analizar la situación. Algo que a su vez me hizo analizar la mía.
Depues de ese momento que comparto con Luke donde las cosas quedaron más que claras, como el que entregó tanto que no me importa mi misma, o el hecho de siempre que estoy buscando la felicidad de los demás haciéndola pasar como la mía cuando no es así, yo no siempre soy feliz nada más porque los otros si. Así que decidí que es momento de tenerme a mi misma como prioridad tal vez es un poco egoísta, no lo sé, lo que si se es que lo necesito y lo haré.
Hable con mis padres y ellos aceptaron así que oficialmente ya no estoy estuidando periodismo, ni siquera estoy en la universidad y ahora solo soy yo quien debe decidir por mi vida a partir de ahora, aunque ni siquera se que voy a comer el día de hoy y tendré que tomar las decisiones asumiendo completamente todas las responsabilidades, no vivire más como una niña cuando legalmente soy una adulta.
Regina no ha querido tener otro contacto con la familia Maxwell, apenas y habla conmigo y solo son una cuantas palabras. El señor Ben le ofreció todo para poder estar con su nieto aunque esta se negó rotundamente. Esa familia necesita llenar el gran hueco en su corazón y Regina se niega a llenarlo, esas personas están en un sonbrio pasillo el cual ella misma se niega a llenar de forma un tanto egoísta
—Cali un joven la espera en la sala —anunció Carmen detiendome en medio del pasillo y haciendo que saliera de mis divagueses mentales, no lo podía evitar llevaba días abrumada por la siguiente decisión que tomaría. Le agradecí sin mucho ánimo y me dirigí a la sala de estar donde él me esperaba.
Y justo como lo predije sentado en uno de los sofás que adornan la casa, vestido totalmente de negro se encontraba Corian con su característico cabello rojo revuelto.
—Cori —exclame para llamar su atención. Él desvío su atención del celular y la concentró en mi regalándome un de esas sonrisa brillante que tanto le gusta a las chicas.
—¿Como estas anciana? —espetó en cuento estuvimos cerca y me abrazo, el olor de su perfume llega a mis fosas nasales sacándome un suspiro, me encantaba su perfume.
—Confundida —admiti —¿y tú?
—Decidido —contestó rompiendo el abrazo para quedar frente a frente.
—¿Qué harás? —me atrevo a preguntar tomando asiento en el sofá y él me imita
—Irme lejos, no se a donde pero me iré. Y tú ¿qué harás?
Corian aveces puedes ser muy parecido a mi, en estos meses he tenido la dicha de conocerlo no solo lo bueno o superficial, diría que me ha dejado llegar mucho más de lo que le gustaría y se que él a tomado esta decisión para huir, para alejarse de los problemas. Él mismo me confesó que vino a este lugar porque era con el que ella soñaba estudiar antes de haber pasado aquello, así que él decidió cumplir sus sueño y vivir su felicidad por ambos fracasando deliberadamente en el intento, ahora huira tratando de buscar la felicidad propia en el intento, justo lo que yo quiero hacer con la gran diferencia de que ya Corian tenia una decisión tomada y yo aun dudaba demasiado.
Me dieron repentinamente tanta libertad que no tenia idea que hacer con ella o como manejarla, toda mi vida había sido dependientes de todos, todos me trataban como una niña aún, el único que no me había visto así era Corian y por eso me agradaba tanto.
Me recosté sobre el mueble rojo, el cual me daba una perfecta vista al cuadro donde yace la torre eiffel en su máximo esplendor.
— Y tú ¿a donde piensas ir?
—No lo sé, quizás a las Vegas. Ganaré una fortuna la perderé en una apuesta y terminare casandome borracha con alguien que no conozco.
Suelto una pequeña risa para tratar de aligerar el ambiente sin éxito alguno, puesto que los verdes ojos del pelirrojo me estructura con seriedad total.
—No, en serió Cali debes tener algo claro de lo que quieras.
—¿Acaso tú lo tienes? —inquiero levantando una de mis cejas mirando en su dirección. Corian estaba con una sonrisa irónica sobre su rostro mientras negava lentamente. Suelto un supieron de derrota y apoyo mi cabeza en su hombro, tal vez tenía razón, esto era importante, era la nueva etapa de mi vida después de todo tenía que tomarla con seriedad.
—Hasta para huir somos malos —mascullo posando su vista al lugar donde estaba la mía.
Asiento sin decir nada tratando de calmar las millones de dudas que se formaban en mi cabeza, por más que lo evite a veces llego a la conclusión que le tengo miedo a la soledad, a lo nuevo y desconocido, sin embargo lo quiero y deseo a mismo tiempo. Quisiera ser la protagonista de una película ochentera, la cual se va con el chico que le gusta robando el auto viejo de sus padres, viviendo aventuras acompañado de grandes música de la época, eso sí que sería increíble y memorable
Y es ahí cuando mi bombilla se enciende, tal vez no tendria mi aventura en un auto clásico ni música de Rock invadiendo el ambiente, pero si tenia al compañero perfecto.
—¿Y si huimos juntos?, tal vez pensando en algún lugar juntos sea mejor que cada quien por su lado ¿no lo crees? —propongo con algo de timidez, no sabía cual podría ser su reacción ante esto o que ni siquiera le agradará la idea de tenerme como compañera, no teníamos nada planeado, en resumen solo eramos dos cobardes tratando de si mismo sin algo de éxito, cada uno necesita un tiempo lejos de lo vivido, lejos de tantas emociones fuertes.
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Editado: 03.02.2022