Miradas en la madrugada

Capítulo uno

—Ashley

—Ashley.— insiste mi amiga.

—No.

—Por favor—me dice mientras hace puchero y pone sus ajitos de cachorro—. Di que sí.

—Dije que no.

—Aish, aunque no quieras, iras.—me dice y me agarra del brazo.

—¿Por qué no vas sola ha? —le digo mientras intento zafarme de su agarre. 

—¿Por qué? Porque me da miedo no es obvio.

—Enserio, solo debes de ir y ya no cuesta nada.

—Lo dices porque no eres tú, estoy segura de que cuando te enamores me entenderás.

—¿Para que enamorarme? El amor no es lo mío. Además, solo debes de disculparte con él y listo.

—¡YA! No quiero ir sola ¿y si me rechaza?

—Anda, ve antes de que él se vaya, y además ¿quién rechazaría unas disculpas? 

Le digo cuando su novio se levanta de la mesa en donde estaba platicando con sus amigos, y si se preguntan porque estamos así mi amiga y yo fácil, ella se peleó con él por unos ataques de celos y ahora esta arrepentida ya que si dio cuenta que se equivocó. Por esa razón me arrastro hasta aquí.

—Esta bien, vamos

—Ya no quiero ir. 

—Ha no, tú iras porque iras. 

—Que noo, no puedes obligarme.

—Si puedo, si tú me arrastraste hasta aquí en contra de mi voluntad yo también puedo.

Estamos enfrente de la cafetería de la universidad, y muchas personas nos están viendo, se nota que a la gente no le gusta el chisme. 

Él viene hacia la salida y mi amiga se esconde tan rápido que no me da tiempo para agarrarla.

—Sam—le digo cuando él sale.

—Hola Ash, ¿cómo estás?

—Bien—le digo mientras busco con la mirada a mi amiga.

—¿Buscas algo?—me dice él mientras mira hacia donde estaba viendo.

—Si—En ese momento miro que ella está detrás de una banca ¡pero que escondite!-. Me puedes esperar un momento.—le digo.

—Claro

Voy hacia donde esta mi amiga, no voy a dejar que sigan peleados, Sam es un gran chico ama a mi amiga a pesar de todo, siempre a estado para ella en los buenos y malos, además esta es la primera pelea que han tenido con terceras personas.

—¡Te encontré! 

—¡HA! ¡CASI ME MATAS DEL SUSTO!— me dice mientras se lleva una mano al pecho. 

—Ya no es para tanto y lo de matarte si lo quisiera hacer para que—le digo y le agarro del brazo—. Ahora vamos que debes de ir a disculparte.

—Ni lo creas, no puede ir ¿cómo lo voy a mirar?

—Con los ojos obvio, ahora vamos.

—¡Ashley! 

—¿Karen?—Escuchamos a Sam hablar.

Mi amiga y yo dejamos de pelear y ella me ve asustada. 

—Ash, creo que ya debo de irme.—Me dice al ver que mi amiga no se atreve a decir nada.

—No Sam, espera—le digo y saco a mi amiga de su escondite—. Karen tiene algo que decirte.

Ella me ve como si la hubiera traicionado. Se que esto valdrá la pena. Él se gira y regresa con nosotras. Le doy un empujón a mi amiga para que hable.

—Y-o…—Me ve y yo intento trasmitirle algo de valentía y confianza.

—¿Tú?— insiste él.

—Lo siento, me equivoqué lo sé, por favor perdóname nunca debí de desconfiar de ti lo siento tanto. ¿Me perdonas?— le dice ella con los ojos llorosos, Sam la abraza y ella empieza a llorar en sus brazos, es una escena muy conmovida para mi pobre corazón de pollito. 

—¿Es un si?

—Es obvio que es un si tontita.—le dice mientras le limpia el rostro. 

—Bueno ya tortolitos, yo debo de irme.— cuando estoy a punto de irme Karen me jala y me abrazan los dos y formamos un abrazo de tres.

—Gracias.

—¿De que?

—Por ser nuestro cupido, y por ayudarme. Eres una gran amiga.

—Si claro, están muy sentimentales, y no quiero  ponerme  de sentimental.

—Tú si que nunca cambiaras ¿verdad cupo de nieve?— me dije mi amiga mientras me agarra de las mejías.

—Jamás— ellos solo ríen ante mi respuesta.

—¿Y si vamos a comer helado?—propone Sam.

—Vamos- dice mi amiga y me voltea a ver—. Tu iras con nosotros y no es una pregunta.

—Vale, no me queda de otra.

Empezamos a caminar a la heladería más cercana mi amiga me lleva agarrada de la mano como si me fuera a ir o a perder, ellos a pesar de que fácilmente podrían dejarme de lado y salir solo los dos, pero siempre me llevan a donde sea parezco su hija.

—Me da uno de chocolate, uno de fresa y uno de vainilla por favor.—le dice Sam a la chica que atiente.

—Ves por esa razón no quiero a nadie más como tu novio, solo a Sam.— le digo a mi amiga en broma, cuando nos dan nuestros helados.

—Y yo por eso te quiero.- me dice Sam.

Nos pasamos el rato en el parque mientras platicábamos, Sam y mi amiga están hechos el uno para el otro se entienden perfectamente, hay veces que me gustaría vivir mi romance, pero creo que eso del Amor no es lo mío, creo que es mucho para mi, siempre he querido que me pasara algo romántico. Pero lo único que me pasan son desgracias.

Nos llevamos toda la tarde que cuando nos dimos cuenta ya estaba anocheciendo.

—Ya es muy tarde para que estén afuera.— nos dice Sam mientras se levanta del césped.

—Vamos Ash.

—Ya voy, se me durmió el pie, creo que lo tenía en una mala posición.

—¿Te ayudo?— me pregunta mi amiga y se acerca a mí. Pasa mi brazo sobre su hombro y me agarra de la cintura.

—No estoy ilesa Karen.- le digo divertida.

—¿Y que tiene? me gusta ayudarte.

—Gracias.

Nos vamos caminando los tres juntos hasta llegar a mi departamento.

—Bueno hablamos al rato Ash.

—No te preocupes de la hora que tengo demasiada tarea para mañana que estaré despierta hasta la madrugada.

—¿Tanta tienes?, te dejan más tarea a ti.

—Si es que me aman mis maestros por eso—le digo sarcástica. Ella  se ríe.

—No más que a mí ellos me adoran tanto—Ambas nos reímos—. Nos vemos.—me dice y me abraza.

—Adiós, se cuidan.—les digo y empiezo a caminar a hacia mi departamento.

¿Sufrir por Amor? Nah… suficiente sufro con mis estudios.

Aunque es mi carrera soñada es un poco difícil y más cuando trabajo medio tiempo y es por esa razón por la que me debo de desvelar para terminar mis tareas. Estoy estudiando Gastronomía.




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