Mis 7 Vidas

Vida Uno

Aquella gatita había despertado en un mundo que sus ojos nunca habían visto.

 

— Miau — maulló la pequeña.

 

— Hola, hola querida, bienvenida al mundo — dijo una persona, la gatita inmediatamente pudo notar que era una chica por el tono agudo de su voz.

 

— Yo soy Jane y tú, tu eres Mishu — dijo la chica, la pequeña se sentía complacida por su nombre.

 

La gatita recién nacida empezó a maullar repetidas veces en señal de hambre.

 

— Oh, debes tener hambre — dijo la chica en tono preocupado — tranquila, ya te acercó a tu madre para que tomes un poco de leche.

 

La chica acercó a la gata a lo que era su madre mientras esta ronroneaba.

— ¿T-tú eres mi madre? — Preguntó Mishu entusiasmada.

 

— Si yo soy tu mama y ellos, ellos son tus hermanos - dijo con su mirada puesta en 2 gatos que estaban junto a la pequeña.

 

Dos Meses:

 

Ya Mishu podía ver bien a Jane, la chica era alta, de tez clara, pelirroja, de ojos cafés y nariz perfilada.

 

— Mishu, Mishu, Mishu — dijo jane llamando a la gata.

 

Esta había aprendido a buscar a Jane cuando ella la llamaba, que la llamara significaba que era hora de comer.

 

Para Mishu Jane era buena, siempre les daba comida y los dejaba dormir con ella.

 

Siete Meses:

 

Con el tiempo los hermanos de Mishu se fueron de casa y ella se quedó con su madre y con Jane.

 

La pequeña gatita ya sabía muchas cosas aunque algunas las ignoraba.

 

Jane estaba buscando algo en su computadora cosa que antes la pequeña gata pensaba que era una caja. Siempre que Jane estaba en su computadora la gata se paraba sobre la mesa colocándose justo en frente de Jane para que esta no viera.

 

Para Mishu era divertido fastidiar a Jane mientras esta estaba ocupada.

 

Jane diariamente le contaba a su gatita historias y coas sobre lo que le rodea.

 

Cuando Jane empezó a usar la computadora esta vez era diferente, no estaba en sus redes como Facebook o Instagram.

 

Ella tampoco estaba viendo videos en YouTube.

 

Ella estaba en una página sobre.

 

— ¡Gatos! — pensó Mishu exaltada.

 

Nuevamente se montó sobre el escritorio se du computadora y empezó a observar lo que mostraba el monitor.

 

Aparecían diferentes gatos, habían gatos que arriba tenían el nombre de siameses, otros mestizos, angoras y muchos gatos más.

 

— Lo ves, esas son razas de gatos y tú eres de esta raza, eres una angora — dijo Jane con su voz aguda y con una sonrisa dibujada en su rostro.

 

La gata recordó que días antes había encontrado un espejo sobre el lavamanos que estaba en el baño de Jane.

 

Ella se subió al lavamanos y se vio en el espejo, a su parecer era una gata muy bonita, tenía el pelo largo y de color blanco, con la cola gris y el contorno de sus orejas eran marrones, tenía los ojos azules y la nariz rosada.

 

— ¡Miau! — maulló fuerte al sentir el impacto que tuvo con el piso al caerse.

 

— Rayos, siempre yo de despistada, al menos caí de pie — pensó en su cabeza.

 

— Mishu, ven — Jane la llamó.

 

Mishu no sabía porque la estaba llamando, no era hora de comer, ni de jugar.

 

Ella todavía estaba en la computadora, la pequeña se montó en el escritorio.

 

— Te gusta — le dijo Jane a la gata señalando la imagen de otro gato.

 

Dicho gato tenía el pelaje atigrado de color gris y negro.

 

Ocho Meses:

 

Era hora de almorzar, Jane ya había dejado comida en el plato de comer de Mishu. Jane había salido después de comer.

 

Después de unas horas llego a casa con un chico, algo apuesto.

 

El chico era alto, de cabello castaño, algo pálido y de ojos verdes.

 

Jane acercó a Mishu al chico.

 

— Mishu te presento a mi amigo, se llama Matías — dijo Jane mientras la acercaba al chico.

 

— Espero te agrade ya que empezaras a verlo muy seguido — dijo Jane con una sonrisa dibujada en su rostro.

 

Para la gata Jane empezaba a oler raro y de pronto Matías también, jane estaba enamorada de Matías y la gata podía notar que el chico estaba enamorado de ella.

 

Diez Meses:

 

Con el tiempo Matías empezó a ir seguido a la casa y cuando Mishu se dio cuenta, siempre estaba hay; en la mañana, tarde y noche.

 

Matías se había mudado ellas y para su sorpresa él también estaba acompañado de un gato, como lo estaba Jane con Mishu.



#29668 en Otros
#9311 en Relatos cortos

En el texto hay: mascotas, gato, vida

Editado: 13.03.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.