Mis Días Contigo

Prólogo

¡Maldita sea la hora de meterme en la boca de lobo! ¿Cuándo pasé de ser un tipo decente a un prófugo de narcos? Solamente a mí se me ocurre entrar en esto pensando que podría salir con las manos limpias.

Me maldigo a mí mismo por involucrarme con la maldita condenada que estaba re buena, y lo peor de todo esto... ¡Es una mujer casada! Debí ser más cauteloso para que no me despidieran pero ya era tarde, la directora de la escuela nos encontró en un mal momento. No solo me quedé sin laburo sino que también sin referencias, algo que realmente necesito para trabajar.

A los pocos meses quedé con pocos ahorros, los currículums en las escuelas de dónde vivo y las aledañas no me miraban con buena cara, y la frustración de estar desempleado me tenía mal. La última opción que tuve fue ser una mula para los fachos éstos.

Fueron tres largos meses en el que tuve poco descanso por tener algo para comer, ¿Y qué mejor idea que ganar guita del otro lado de la Ley? Era la mejor forma de ahorrar y rehacer mi vida lejos de acá. Para ser un tipo inteligente, no fue la mejor decisión que tomé en estos treinta años de vida. Y gracias a esas decisiones, tengo que escaparme de la ciudad.

¿A dónde mierda voy ahora?

Descartada la idea de refugiarme en la casa de mis padres, aunque estoy en la duda de ir hasta allá para despedirme. Estos hijos de puta me clavaron un chip en el cuerpo al empezar a trabajar para ellos y a como sea tengo que quitármelo. Otra no me queda...

- ¿Qué significa ese bolso?- la voz de mi padre me despierta de mis pensamientos y lo miro- ¿Vacaciones?

- Eso quisiera...- suspiro y lo empujo para entrar a la casa y él sigue mis pasos cuando me encamino a mi antigua habitación- Necesito hablar con todos urgente, solo busco algo y voy con ustedes.- no lo dejo contestar y subo la escalera lo más rápido que puedo.

Ya en mi vieja habitación busco algo de ropa, no quiero venderme por la ropa que uso. Decidí empacar lo que dejé acá después de independizarme, algo que me favorece bastante. Pareceré adolescente, todo sea por quitar rastro de mi persona cuando me quite el chip rastreador. Por otro lado, rescato todos mis ahorros de mi trabajo de docente y por los trabajos de ventas de merca junto a mi documentación.

- ¡La cosa es así!- grito mientras me dirijo a la cocina, donde supongo donde están mis padres y mi hermano. Ellos están confundidos al verme con el bolso y trago el nudo que se forma en mi garganta... Esto es más difícil de lo que pensé- Me metí en un gran quilombo y me voy de la ciudad. No quiero que me busquen, solo lo hago por el bienestar de ustedes y lo último que haría es meterlos en esto...

- ¿Qué?- mi madre se me queda viendo raro y noto que mi padre está igual, mi hermano solo me mira mal. Es el único que sabe de esto- ¡En que mierda te metiste Abel! ¿Cómo es que tuviste problemas en la escuela?

- Esto no viene de ahí ma.- suelto un largo suspiro y mis ojos van al hombre que me parezco físicamente- Llevo más de tres meses sin trabajar y...- cierro los ojos, calzate los pantalones como buen hombre...- Me metí de mula.- el jadeo de mi madre y el gruñido de mi padre lo dicen todo, no hace falta decir mas.

- Vos te metiste, salís de esta solito.- es lo único que dice mi padre y se aleja junto a mi madre que comenzaba a llorar- Te agradecemos por pensar en tu familia, pero no queremos estar en medio de tus problemas.

- ¡Creo que no escuchaste bien!- mi voz lo detiene y es mi momento de enfrentarlo- Dejé claro de que me voy.- susurro estando cerca de él y miro de reojo a mi madre que me observa frunciendo el ceño- No recuerdo haber pedido asilo, dije que me voy.

Sin dejarle recriminar, doy unos pasos y la envuelvo en los brazos a mi madre que no deja de llorar. Volveré cuando termine con todo esto, te lo prometo es lo que le susurro mientras la siento temblar ante mis palabras. Odio verla en este estado, pero es lo mejor para todos. Seguido me despido de mi hermano menor con un saludo de esos que nos inventamos cuando éramos chicos y lo termino abrazando. A mi padre solo lo ignoro, tampoco es que note mi ausencia.

- ¿Qué mierda voy a hacer ahora?

Viajar en micro es lo último que optaría, más si no necesito dejar rastros. Tengo que desaparecer cuánto antes...



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En el texto hay: amorimposible, futbolista, regreso

Editado: 22.10.2023

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