Los días pasaron y con el los años. Pronto
se acercaría nuestro primer aniversario.
Mi único martirio era que en todo ese tiempo no pude darle al menos un hijo, no pude darle la satisfacción de ser padre y eso estaba matándome.
Aunque él me dijera que todo estaba bien, mi interior se negaba a creerlo. Sentía que algo iba a cambiar si el tiempo pasaba y no sucedía nada.
(...)
El día que cumplimos dos años de casados, preparé algo especial.
Cena a la luz de las velas, regalos y otras cosas especiales.
Intentaría que resultara, tenía que pasar, era mi única posibilidad...
(...)
Cuatro años...
Sí, ya eran esos la cantidad que llevábamos juntos y lamento decir que lo que quise intentar hace dos años, no funcionó en lo absoluto.
Lo obstetra dijo que tal vez sólo un tratamiento podría ayudarme, pero el precio era demasiado alto y el dinero que necesitaba no lo tenía disponible en ese momento.
Además de ello, empecé a tener la impresión de que se había formado una diminuta distancia entre nosotros. Lo digo, porque lo sentía distante, algo frío, como si no fuera el mismo.
Llegaba tarde de trabajar, no nos veíamos casi y el cansancio lo dominaba, pero había algo que estaba haciendo desde hace varias noches:
Cada vez que lo escuchaba subir las escaleras, me hacía la dormida, mientras que él se acercaba con pasos sigilosos hasta quedar a un costado de la cama, justo frente a mí, para luego susurrar:
“Descansa amor... Te amo”
Y sin más depositar un beso en mi cabeza.
Ese sería un gesto tierno, si su voz no transmitiera culpa al hacerlo...
Esa se convirtió en su rutina, cada vez que llegaba de trabajar, hacía lo mismo, sólo que una noche fue diferente, el susurro que soltó después me dejó sin respirar y por poco provoca que mis ojos se abran.
Luego de su típica frase, dijo débilmente:
“Lo siento”
¿Por qué razón se disculpó? ¿Qué estaba pasando?
Sentí sus pasos alejarse, mientras el ruido de la puerta cerrándose me avisó que podía dejar de fingir.
Al abrir mis ojos, me encontré sola en la penumbra de la noche. El otro lado de la cama estaba vacío. Él se fue, no quiso dormir a mi lado esa noche…
Esa no fue la única vez que sucedió. La siguiente noche, la siguiente y la siguiente, durante un mes, hizo lo mismo. Hasta dejó de dormir conmigo.
Recibía llamadas y no quería atender en mi presencia, todo el tiempo estaba a la defensiva, esquivando preguntas.
Mi cabeza empezaba a crear situaciones que no quería pensar.
Una voz se hizo presente, haciéndome dudar, repitiendo una y otra vez:
“Él te engaña, ya no te ama”
Pude ignorar ese pensamiento, sin embargo, una intuición femenina no debe ignorarse ¿O sí?
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Gracias por seguir allí 🥺
Dios los Bendiga siempre...
Sin ustedes esto no sería posible
Ig: adeleen_escritora (por si gustan seguirme y ver mis otras historias 🤗)
PD: no confíen en todo lo que les diga la protagonista 🙊
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Editado: 19.07.2022