No pondré cantidades porque mis manos están adiestradas para hacer la porción exacta para los 4 integrantes que conformamos mi familia. Habrá quien prefiera que tenga más pollo, más salsa o más ramen, cuestión de gustos.
Una hora antes, corto las pechugas de pollo en cubos, las marino con sal de ajo, pimienta, salsa inglesa y guardo en el refrigerador.
Vierto en un sartén hondo un chorrito de aceite de oliva, agrego las pechugas, tapo y cocino a fuego lento; esto porque prefiero que se cosan en su jugo que en aceite. Cuando se secan, destapo y dejo que se doren.
En otro sartén sofrío, también con un chorrito de aceite de oliva, brócoli, ejotes, espinacas, champiñones y zanahoria en cortes medianos. Deben permanecer en el fuego el tiempo necesario para adquirir una consistencia crocante.
Corto tomate, cebolla y ajo. Los sofrío y después agrego agua, sal, orégano y puré de tomate. Cuando está listo debe hacer burbujas rojas y despedir olor a pizza con ajo.
Introduzco el ramen no más de 3 minutos en agua hirviendo y luego lo escurro. Debe quedar con una consistencia firme pero no dura, o sea, al dente.
Por último, mezclo en el sartén donde hice las verduras, el pollo, el ramen y la salsa. Dejo que dé un hervor y apago.
Puede agregarse al platillo huevo duro en mitades. Yo no lo hago.
Esta comida se sirve caliente en un tazón ancho y hondo, negro o blanco para que resalten los colores verde, blanco, rojo, naranja y café de los ingredientes. Tu paladar sentirá las diferentes texturas y sabores: la firme y aderezada del pollo, la crujiente de la verdura, el toque italiano de la salsa y la escurridiza del ramen que puedes sorber 15 cm por arriba del plato.
P.D. He intentado comerla con palillos chinos pero no puedo así que uso tenedor.
Adriloch