Me lo platicó con cara molesta.
Se conocieron en las gradas de una cancha de basquetbol. Era físicamente opuesto al tipo de hombre que le atraía: de baja estatura, algunos kilos de más, estilo reguetonero, barba de candado y cabello oscuro.
Con frecuencia lo descubría observándola, así que cuando se le acercó fue una grata sorpresa. Le pidió su número y sin rodeos dijo que deseaba salir con ella porque le gustaba.
En el primer mensaje que recibió, él le pidió fotos de sus pechos (foco rojo). En el segundo le envió una ubicación y la citó para tener sexo.
Ella sintió desconfianza pero decidió arriesgarse. Quizá por la premura fue un acto simple y sin chiste pero se fue con la idea de que las siguientes veces sería mejor.
Para su sorpresa él dejó de comunicarse. Con el paso de los días las dudas rondaban su cabeza: ¿No le gustó?, ¿Hice o dije algo mal? Le envió un mensaje saludándolo y él no respondió.
A la semana él le escribió para pedirle dinero prestado. Aclaró que estaba tan ocupado consiguiéndolo que no había podido comunicarse (foco rojo). Por supuesto ella se negó, en primera porque no tenía, además porque, a pesar de su juventud no era tan tonta.
De nuevo dejó de comunicarse por varios días. Ella se sintió decepcionada de que quisiera utilizarla.
A la semana él reapareció en su teléfono. Con recelo y desconfianza le contestó; tenía la esperanza de que realmente no fuera una mala persona (?). Él empezó a hablar de sexo.
A cualquier intento de ella por cambiar de tema, él daba la vuelta y terminaba en sexo.
Al día siguiente repitieron el encuentro sexual (más básico).
Se repitió el silencio, la reaparición, la falta de conversación, la pedida de fotos y de dinero.
Ella decidió olvidarse de él, pero se quedó con la duda sobre su forma de actuar y quería saber mi opinión.
Después de procesar lo que había escuchado, respondí.
-Al parecer no estás hecha para encuentros casuales pues esperas algo más, por lo menos un poquito de sensibilidad y buen trato. Lo que empieza rápido acaba rápido. No es mala persona, es un hombre básico; un tipo burdo que se guía por instintos y para quien la mujer es algo a utilizar, después no le sirve. Considero probable que así ha sido en todas sus relaciones, aún en las serias. No aprendió a tratar a una mujer, quizá nunca aprenderá. El que te pida dinero es parte de la mala educación recibida. Aléjate y tómalo como una experiencia, tú sabrás si buena o mala.
Ella escuchaba atentamente y asentía con la cabeza. De repente sonó su teléfono y dice: ¡Es él!
Su rostro se iluminó y concertaron el siguiente encuentro sexual.
Entonces nos despedimos.
Adriloch
6 de Noviembrede 2019