Capítulo 7
Mira su reloj en la mesita, son las seis de la mañana por más que quiere dormir no podrá hacerlo, está tan acostumbrada a despertar temprano que levantarse tarde es muy raro.
Así que ella comenzará su día, pone su delicioso café hacer mientras ella terminaba de alistarse, después de una hora sale de su casa, se maravilla con el cielo azul, mientras ella camina mira los poco árboles que hay es una lástima que casi no existan tan hermosos que son.
Llega a su puesto de trabajo es posible que sus jefes lleguen un poco tarde. Se pone las pilas, hay trabajo que hacer entra a la oficina del Sr. Éber y sigue con los papeles de ayer.
Ella no es muy buena con la contabilidad nunca le ha gustado los números pero hace lo posible por entender.
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Un rico olor hace que su estómago suene como si fuera un sonámbulo, se levanta y camina directo hacia la cocina.
-¡Buenos días Éber! -Eros niega con una sonrisa, su hermanito aún está medio dormido y aun así todos los días desayunan juntos.
-¡Buenos días hermano!
A los pocos minutos desayuna y se alistan para ir al trabajo -Joder de solo pensar en esos papeles no quiero llegar -se quejo Éber.
-Aún así hay que encontrar el culpable.
-Lo sé y me estresa sabes... Nuestra especie no debió de confiar tanto en los líderes de este planeta -expresó Éber un tanto enojado.
-Lo se hermano pero los primeros líderes de la tierra no eran malos, fue la generación siguiente que cambió, aún hay buenas personas en la tierra... Solo hay que sacar la basura.
Los dos guardan silencio, hay una gran número de Omerpus en el planeta tierra, su especie está investigando las muchas faltas en este sitio, la desigualdad, los tratos malos hacia los mismo humanos y otras especies entre muchas cosas.
Los humanos rompieron los acuerdos que se firmaron hace dos siglos atrás ahora el planeta tierra ya no les pertenece, los Omerpus están investigando para sacar la raíz mala así la población restante pueda vivir tranquila.
Rápidamente cambian de tema, la verdad todo el asunto está siendo un poco estresante.
-Por cierto has sabido algo de Paul y Paulo -pregunta Éber.
Eros suspira -Tengo como dos días que no he hablado con ellos, la última vez solo hablé con Paul y... él me dijo que las cosas están un poco incómodas.
-Me imagino que la situación para Paul es incómoda -expresó Éber, siente un poco de lástima por su amigo -Paulo aún no quiere ver la verdad?
-El es ciego hermano -expresó un poco enojado -, esa mujer lo tiene embrujado -Niega con desprecio.
A los minutos llegan al trabajo y dejan el tema ahí, al llegar a su piso se percatan que su hermosa asistente ya había llegado, pero no está en su escritorio escuchan ruido de tacones y van directo hacia la oficina de Éber.
Ambos se asombraron al ver que ella está trabajando en los papeles y por lo visto lo ha estado enumerando.
-¡Buenos días! -dijeron al mismo tiempo. Se ríen al ver como ella brinca del susto.
-¡Por Dios! Me asustaron -un pequeño puchero se le asoma, pone su mano al nivel de su corazón -, ¡Buenos días!
Los gemelos se acercan a ella y cada uno besa una mejilla -¿cómo estás? -pregunta ambos.
Las mejillas de Arlet están muy rojas nunca espero está acción, aunque para qué negarlo le encanto ese sentimiento tan cálido que su corazón está sintiendo.
-Estoy bien ¿y ustedes? -besa las mejillas de los hermanos y se maravilla al ver un pequeño sonrojo en ambos.
-Estamos bien -dijeron ambos un poco embobados por ese gesto tan bonito.
-Le pido disculpa Sr.Éber por entrar a su oficina y tocar papeles importantes, solo quería avanzar...e -ella comenzó a explicarle lo que encontró.
Los gemelos en cada palabra que escuchan se están poniendo cada vez más enojados, la suma de dinero que se están robando es demasiado, ambos hermanos se miran.
-Gracias...cualquier asunto que hay para hoy cámbialo para otro día o para mañana sábado... los dos tenemos cosas que hacer.
Arlet confirma -Esta bien Sr. Eros, la agenda de ambos está libre... por cualquier cosa me avisa.
Ella sabe que las cosas no están para nada bien y sus jefes están enojados, la suerte que ella tomó la decisión de que los viernes ellos no tengan tanto trabajo que hacer ya que ellos merecen descansar o por cualquier problema que se presente
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Los días fueron pasando cada vez más se encontraba más problemas en la empresa, sin embargo los gemelos solo están acumulando evidencia su tiempo en la tierra se está acabando el tiempo de esta misión es de seis meses y casi está llegando el día de ellos irse.
Estas moviendo algunos hilos para llevarse a su curvilínea asistente, no piensa dejarla.
Ambos gemelos llegan a casa -Hermanos no pienso dejarla -informa Éber tomando algo de beber.
-Lo sé... hay que pensar en algo, una forma de traerla con nosotros -dijo Eros tomando asiento.
Un recuerdo llega a Éber -Ya se -grita -, el día que fuimos a su casa ella dijo que quiere ir a nuestro planeta.
-Cierto, ella es buena con su trabajos y nosotros nos acostumbramos a ella, la verdad seria un poco raro no tenerla cerca -se avergüenza un poco -, yo e sido un poco mañoso desde que ella tiene el control de las cosas me gusta como Arlet organizar todo.
-Tú también -se ríe -, estoy en la misma ahora me he vuelto más mañoso con mi entorno esos pequeños detalle que ella hace son importantes para mí-confiesa
-ahora sin esas cositas no puedo estar... Además amo su comida.
Eros niega divertido -Solo piensas en comida Éber.
-La comida es vida hermano.
Editado: 01.05.2023