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Capítulo 13

EL comportamiento de Arlet cada día sigue empeorado cometiendo más errores, para los gemelos eso no les importa, están más preocupados por ella.

Cada día se sienten más ansiosos a tal punto que Éber ya casi no come, la comida para él sabe amargap

El mismo Eros está cometiendo pequeños errores en su entorno desde hace varios días no está durmiendo bien y la falta de sueño le está haciendo su factura .

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Los gemelos Lawless últimamente han estado de muy mal humor, nadie se atreve a pasar ni siquiera al lado de ellos, esa mirada tan feroz haría temblar a cualquiera.

Nadie entiende qué está pasando pero tampoco tiene el valor de preguntar, cada reunión en los últimos ha sido muy estresante.

Las puerta del ascensor se abrió y por ellos entran los gemelos Lawless, nadie dice nada y solo hace una pequeña reverencia.

Los gemelos miran a su asistenta -A mi oficina ahora.

Todos tiemblan, observa como la asistente Arlet sigue a los gemelos.

-¿Qué está pasando?, ellos dan miedo -expresó un empleado.

-No lo sé, pero últimamente la asistente de los jefes ha estado cometiendo algunos errores.

Todos guardan silencio.

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Ellos la miran fijamente y ambos toman asiento en los muebles -Toma asiento.

Arlet hace lo que dijo Eros toma asiento frente a ellos, sus manos están temblando.

-Arlet -dijo Éber -, ¿pasó algo? ¿ Hemos hecho algo malo?

Arlet abre sus ojos con sorpresa -¿Qué? No... ¿Por qué piensa eso?

-Entonces ¿qué pasa?, ¿por qué estás alejada de nosotros?

Arlet mira a Eros y le pregunta qué hizo ni siquiera sabe si tiene derecho de responder.

-Yo...

Los gemelos la miran -Este fin de semana te buscaremos y... Vamos a resolver cualquier cosa que haya pasado -afirma Eros.

Arlet solo pudo confirmar.

Ella vuelve a su lugar de trabajo quedan dos días para el fin de semana, mira la pequeña montaña de papeles que se ha acumulado en dos días.

Suspira y se pone a trabajar.

Hora de almuerzo.

Su estómago gruñe hoy como los último día, se olvidó de hacer su comida así que ha estado comiendo en la cafetería.

Al llegar hace la fila y poco a poco avanza hasta llegar su turno, la comida no está mal así que puede comer tranquila.

Al terminar de seleccionar la comida llega a un asiento alejado, los meses que tiene en la empresa aún no ha hecho ningún amigo aunque tampoco se toma el tiempo de hacerlo.

Sus únicos primeros amigos son los gemelos y ella misma lo alejó, quiere llorar realmente tiene miedo de que ellos se vayan de su lado.

Pero ese sentimiento de formar una familia con ellos nunca se podrá hacer ella no es una mujer Omerpus, solo es una humana.

Por más sentimiento que tenga hacia ellos no puede retenerlos, ellos merecen construir su hogar. Pequeñas lágrimas se le escapan.

Este asunto aunque pueda sonar tonto se esta saliendo de las manos.

Una hora después.

Al llegar del almuerzo los gemelos notan que Arlet tiene la cara hinchada rápidamente se acercan a ella.

-¿Qué tiene?, ¿por qué estás llorando? -pregunta Eros preocupado.

-¿Alguien te hizo algo? -pregunta Éber.

Arlet pestaña de abruma un poco por las preguntas -Yo... Estoy bien - sonríe un poco -, realmente estoy bien.

-No mientas tu cara y ojos están hinchados -indicó Éber.

Arlet suspira -Realmente estoy bien.

Los gemelos la observan con una mirada analítica, ellos no le crean para nada, pero no pueden obligarla a que les diga que tiene.

-El fin de semana te buscaremos a las nueve de la mañana -manifestó Eros.

Arlet se sorprende porque estaba a punto de decir algo pero solo pudo ver como ambos se van.