Mis Jefes intergalácticos +18

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Arlet toma asiento en medio de sus hombres, Eros la recuesta en su pecho y Éber toma sus piernas en las pone en la de él, acaricia esas hermosas y regordetas piernas que le encanta. Ella suspira muy a gusto, le encanta ser consentida por sus hombres.

—Queremos hablarte de nuestros amigos —Arlet confirma con la cabeza.

Eros suspira —Esa mujer Elizabeth… era nuestra ex pareja —mira a su mujer, pero ella no dice ni hace nada —, cuando terminamos con ella nos acosó no obstante, nunca le hicimos caso después de dejarla.

Éber aprieta las piernas de su mujer —Al ver que no hicimos caso, comenzó a acosar a nuestros amigos Paul y Paulo… al principio ellos no le hacían caso, sin embargo…

—Comenzó a desesperarse… con ayuda de alguien los drogo ocasionando que ella quedara embarazada —expresó Eros enojado —, Paulo no quiere estar con ella, pero tiene que hacerse responsable de los bebés y Paul se enamoró de ella.

—No sabemos como  lo hizo, hemos tratado de hablar con él, sin embargo nada funciona —comentó Éber.

—Ahora que ella ha conseguido atarlo quiere que ellos le propongan casamiento —gruñe Eros —, la suerte que para eso es necesario que los tres estén de acuerdo.

—Es decir, Paulo no lo está —señaló Arlet.

—Exacto —afirmó Éber —, es necesario tres firmas para que el matrimonio sea válido.

—Ya veo, en cambio no hay una forma de que Paulo esté libre de todo eso.

Los gemelos niegan —Como sabes los hombres de nuestra raza nacen en par, si uno decide romper el vínculo se volverán locos —soltó Eros.

—El vínculo que se forma es demasiado grande.

Arlet acaricia la mano de eros. Los tres guardan un agradable silencio , ella se queda pensando en ese par de gemelos solo espera que Dios haga su deber.

Dejando que el destino decida que hacer, el tiempo fue pasando hasta el día que conocerá a sus suegros llegó.

Arlet se levanta muy temprano y junto a las sirvientas comenzaron hacer la comida, la verdad está muy nerviosa al estar así las horas pasaron muy rápido ni siquiera se dio cuenta que tiene que alistarse.

—Mi señora, nosotros terminamos lo poco que queda.

—Eh ¿por qué? Aún hay tiempo.

—No mi señora, ya casi es la hora —informó el mayordomo Lee.

—Oh por Dios… ¿creen que puedan terminar?

—Claro mi señora —afirmó una de las sirvientas.

Arlet confirma rápido sube hacia la habitación, las sirvienta y el mayordomo sonríe con cariño la señora Arlet es muy importante para ellos.

Arlet se da un rápido baño y entra directo hacia su closet mira toda la ropa que tiene —No se que ponerme —gruñe un poco alterada.

Al final toma un vestido informal y elegante a la vez con una sandalias de plataforma, un poco de labia y ya se mira al espejo, al salir nota a sus guapos gemelos.

—Si no fuera porque tenemos visitas te quitamos ese vestido —declaró Éber.

—Joder — gruñe Eros acomodando su pantalón.

Arlet se ríe —En la noche, me lo pueden quitar.

—Oh tenlo por hecho —expresaron los gemelos al mismo tiempo.

La puerta de la habitación suena —Mis señoras los príncipes Alex y Alexis ya llegaron.

—Ya vamos —Eros mira a su mujer —, ¿estás lista?

Los nervios de Arlet se disparan —¿Cr…creen que les caeré bien?

—Pequeña nuestros padres son buena onda —bromeó Éber.

Arlet se ríe, los tres salen de la habitación.

Los mayores Lawless miran como los tres bajan, entre cierran los ojos al ver la pequeña mujer humana no pueden negar que es hermosa aunque se dan cuenta que se parecen a alguien que conocen.

Arlet se sonroja muy fuerte, los padres de los chicos están como el vino —Hay padre —murmuró bajo.

—¡Mucho gusto!... Srta. Arlet.

— Eh —se golpea mentalmente se habia quedado viendo como una idiota a sus suegros, sus mejillas se pone roja por completo —¡mucho gusto! —hace una pequeña reverencia.

—No hagas eso, eres familia —regaña con cariño Alex.

Alexis no puede dejar de reírse —Eres una pequeña muy interesante.

La cara de Arlet está roja por completo —Hay chicos lo siento mucho pero he pecado. 




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