Mis Mejores Recuerdos

Capítulo 4 - SCREAM

El corazón me tamborileaba el pecho con fuerza bajo la atenta mirada de extraño que tenía al frente. Es sumamente raro.

 Su cabello azabache, mandíbula marcada y cuadrada, un par de ojos verdes intensos. Es la primera vez en mi vida en que lo veo, pero algo dentro, me grita y me da la sensación de que ya lo conozco. Una gran idiotez.

Deben ser ocurrencias mías. Eso es imposible, yo no me olvidaría de un rostro como el suyo.

- ¡Heaven Blackwell Guillen! -Ese grito me hizo ver al costado, cortando el contacto visual con el chico.

- ¿Guillen?

Lo escuche murmurar bajo.

-Te estábamos buscando, pensé que te habías perdido-Llego la castaña un poco alterada. La mire con una sonrisa culpable.

-Solo salí a caminar…-Justifiqué y en ese entonces ella fija su mirada en mi acompañante.

-Bells…-Se quedo en blanco. Juraría que hasta se puso pálida solo con verlo.

- ¿Bells? -Me dirigí al pelinegro, aún no sabía cómo se llamaba, y que se refieran así a él me parece cómico, es la primera vez que escucho ese nombre. Me sorprendió ver una expresión de indiferencia cuando le hable. ¿Dónde quedo la sonrisa coqueta?

- Bell´Ford- Y esa misma indiferencia fue la que recibí cuando hablo- Tu apellido es ¿Guillen?

No me gusto la manera en la que me hablo, pero no le tome importancia- Mmm, ¿Sí? Es mi segundo apellido- me cruce de brazos. No sé a qué vino esa pregunta.

-Hea…-Clare me tomo por una mano-Tenemos que irnos-Técnicamente me arrastro con ella y no alcance a despedirme.

- ¡Gracias! -Logre gritar, pero no sé si me alcanzo a oír. Solo pude ver su expresión de confusión.

- ¿Te hizo algo? -Me inspecciono- ¿Por qué estas empapada? Lo hizo él- Me tomo por los hombros. Eso ultimo sonó más a una afirmación. El no hizo nada.

- ¿Qué? ¡No! De que hablas, el no hizo nada- Di un paso atrás alejándome- ¿Por qué me haría daño? -No entendí nada- ¿Quién era él?

Me volvió a inspeccionar, como si no me creyera y dando un suspiro hablo- Él- señalo el lugar donde estaba-Es Theo Bell´Ford- Menciono como si fuera lo más obvio del mundo- Y te pido, como tu mejor amiga…que te alejes de él-Sonó afligida.

-Mmm, ¿ok? -Dije para calmarla. Seguía sin entender.

-Pero que digo, estoy hablando contigo- Me señalo con sus manos-Está claro que no me harás caso- Se exaspero.

- ¡Hey! -Grite ofendida.

-Mírame-Me tomo por la cabeza para que la viera fijamente-No quiero que te acerques a él-De pronto su voz sonó dulce, relajada, casi hipnotizante- Te vas a alejar de él-Repitió, sus pupilas azules se dilataron y mis ojos no podían apartar la mirada. Sentí un hormigueó en mi espina- Te vas a alejar, ¿Verdad? -Empecé a mover mi cabeza en forma de afirmación, cuando una sacudida mental me hizo ladear. ¿Pero qué demonios?

- ¿Te fumaste algo? -Se me fue inevitable no preguntar. Me volví alejar saliendo de esa especie de trance.

Dio un grito ahogado, muy impropio de ella-Imposible…-Si su piel era blanca, pues ahora lo era aún más.

-Solo mantente apartada, sí-Hizo un ademan con su mano-Vamos, las chicas nos esperan.

La seguí con recelo y mientras caminábamos le explicaba el porqué de mi apariencia, alegando las conversaciones que tuve anteriormente con la parejita feliz.

-Dio por terminado su amistad-Me encogí de hombros.

-Sip-Rodee los ojos-Igual no me afecta tanto, en cierto punto las amistades no llegan a ser duraderas

-Verdad-Me dio la razón-Aunque nosotras somos la excepción.

-Lo somos- Di una sonrisa tensa. Eso espero.

-Hasta que apareces mujer-Llegamos al estacionamiento- ¿Qué te ocurrió? -Sonó horrorizada.

-Me caí, no pregunten más-Exigí, me daba vergüenza recordar tal accidente, en especial teniendo en cuenta que toda mi ropa se arruino. Mi preciada ropa se arruino.

-Te dije que andar con esos tacones, te causarían algún tipo de accidente-Reprocho la pecosa con burla.

-Y yo te dije, que antes muerta que sencilla- Vi mis pies, los cuales estaban cubiertos por unas botas de aguja, demasiado altas y extremadamente hermosas.

A pasos cortos nos adentramos aún más en el lugar, vamos en silencio, pero casi me detengo al recordar que no he recogido mi horario. Me alivia al saber que ellas lo hicieron por mí.

Disimuladamente veo como una Clare aun pálida se acerca a las otras dejándome a un lado, por el movimiento de sus labios algo les susurra, no alcance a escuchar, pero por sus expresiones y como voltean a verme de reojo, supongo que se trata de mí.

Si no fuera por la poca iluminación juraría que sus rostros marcaban una mueca de disgusto y asombro.

Me miraban ceñudas, pero no dije nada, seguimos con nuestro camino al coche. Yo me quede un poca más atrás, caminado a mi ritmo.

La lluvia había regresado un poco y eso lo notaba al oír el pequeño murmullo del agua al caer, el piso se encontraba húmedo adornado con huellas y rastros de lodos de las personas que pasan alrededor. Hasta diría que hay goteras que han montado unos pequeños charcos del agua.




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