Nunca dude de lo que tus ojos me transmitieron, nunca deseé ser tan querido, tan poco entendido, y tan fácil olvidado.
Hay tantas cosas que golpean mi pecho, con tal ira e ironía. Fue un acto de caridad que me dejaras aquí a mitad de camino, ambos supimos que no fui el ser humano ideal para ti, no querías un humano sino un autómata con una única acción que hacerte feliz, que su único pensamiento seas tu, que no tuviera sueño mas que el vivir a tu lado por toda la vida, con paciencia inagotable, que fuera resistente ante la infelicidad que crecía en mi, que no me cansara de recibir un No todas las noches.
Lo siento por ser humano e incapaz de olvidarme de mi, de mis raíces, de mi alma y mente aunque mi cuerpo fue tuyo desde hace mucho, aunque tu rechazo fue lo que mas te he reprochado. Lo siento por no responder a tus celos cada vez que me obligabas a afirmarlos, lo siento pero no quería verte llorar, y no quería decirte que no te amaba porque siempre lo hice en silencio. Lo siento por no convertirte en mi filosofía.