De camino a casa iba flotando, todo aquello me parecía irreal como si le estuviese sucediendo a alguien más.
Dejé a Evelyn en su casa en contra de mi voluntad. Lo que mis ganas me gritaban era llevármela lejos y satisfacer aquel deseo que me devoraba por dentro.
Entré a la casa y ni siquiera me percaté de Mandy que estaba en la sala.
-Oyeeee.
Sentí su voz y frené en seco a mitad del pasillo.
-Coño mi hermano no te había visto.
-No ya veo, si me pasaste por el lado como mareado. ¿Tú estás tomado Marcos?
-No chico.
-Mira que si tu mamá se entera se arma la gorda aquí.
-Que no compadre.
-Entonces ¿Qué tú tienes que andas así?
Me senté a su lado y sabía que con él podía hablar de lo que me sucedía. Quién mejor para comprenderme que otro paciente de mi enfermedad. Era como estar en alcohólicos anónimos, lo que aquí cada cual con su propia droga.
-Mi hermano tú tenías razón.
-¿Sii? ¿Y ese milagro?
-Tú me dijiste que cuando conociera a la indicada lo iba a saber.
-Nooooo. ¿Ya llegó tu pieza?
-Me siento en el aire pipo. Nunca había estado así.
-A mí no me lo digas que eso yo lo sé. Y dime ¿Quién es la muchacha? ¿Cómo se llama?
-Evelyn, vive cerca de aquí y tiene 15.
-Te enredaste con una menor, ¿Y eso?
-No sé asere, la vi y ya todo encajó perfectamente. Desde ese día lo único que hago es pensar en ella. Hoy salimos a dar una vuelta y ya no tengo dudas, es ella.
Mandy sonrió y sé que se alegraba por mí.
-Bueno cuñi, bienvenido al club.
Me dió un abrazo sincero como todo en él.
-Un último consejo. Disfruta esto, la primera vez que uno se enamora es para toda la vida. Pasé lo que pase entre ustedes, a ti no se te a olvidar ella por nada del mundo.
Yo no quería pensar en otra cosa que no fuera Evelyn, pero inevitablemente la idea de la partida me cruzó la mente como un fogonazo. Sentí una presión en el pecho como si una tonelada de concreto me aplastara.
La semana inició y era como si también mi vida comenzara ese lunes.
Tenía deseos de verla a toda hora, de estar pegado a ella como el chicle en el pelo.
Sin proponérmelo y sin hacer el más mínimo esfuerzo, nació un romántico de la noche a la mañana.
Todo lo que veía me recordaba a ella.
Compraba flores y se las llevaba a la escuela, nunca me importó lo que pensaran los demás o si estaba haciendo un papelazo, la cara de ella al verme no tenía precio.
La tablilla de las EJT la tenía llenas de cartas y cada canción que escuchaba cobraba sentido. Esa tarde a la salida de la escuela la estaba esperando.
Corrió hacia mí como si no me viera en días.
Era evidente que lo que sentíamos era mutuo.
La abracé con fuerza y le besé la boca.
-Te extrañé.
Me dijo.
-Y yo estaba loco por verte.
Fuimos para el parque que se había convertido en nuestro lugar de encuentro.
-Este sábado quiero llevarte a mi casa para que conozcas a mi familia.
Le dije de sopetón. Ya todo el mundo sabía de ella, era evidente que en algo yo andaba.
Me miró analizando la respuesta que me iba a dar.
-A ver Marcos, ¿Y en calidad de qué yo voy a ir a tu casa?
-¿Como que de qué? De mi novia por supuesto.
Los ojos le brillaron.
-Es que no habíamos hablado de eso todavía.
-Pues ya lo estamos hablando. Usted es mi novia y fin del asunto.
Me miró como si quisiera aprenderse mi cara de memoria. Tenía un magnetismo que no me dejaba apartar la vista de ella.
-¿Sabes qué?
Le dije.
-Tú eres lo más lindo que me ha pasado en la vida.
La besé despacio, saboreando cada segundo de ese contacto. No veía la hora de dar el próximo paso con ella, hacerla mía y sellar aquel pacto entre ella y yo.
El sábado desde temprano en la mañana toda la familia se organizó para recibir a Evelyn.
Mima cocinó su especialidad con postre y todo. Mi hermana y yo le dimos una buena limpieza a la casa y la vieja y Mandy salieron a comprar unos refrescos.
El único que no estaba muy colaborador era Pipo, cosa que me extrañó un poco.
Cuando tuve la primera oportunidad me acerqué a ver qué le estaba molestando.
-A ver mijo cómo te explico.
Me dijo serio.
-Por aquí han desfilado más muchachitas de las que puedo recordar. Yo hablé contigo y te dije que la casa había que respetarla. No le encuentro sentido a todo esta preparadera si al final está Niña va a ser otra ave de paso.
-Pipo esta vez es diferente.
-¿Si? ¿Y cómo tú sabes eso?
-Porque lo sé pipo, la siento dentro de mí. Yo.. estoy enamorado de ella.
Le dije y me asusté de mis propias palabras, palabras que nunca había dicho en voz alta.
El viejo me miró y cambió la expresión de su rostro.
-Entonces es mejor que me vaya a arreglar. Si voy a conocer a la madre de mis bisnietos tengo que dar una buena impresión.
Abracé a aquel viejo que era mi vida y una vez más la idea de la partida me cruzó el pecho como una mala premonición.
Evelyn encantó a todo el mundo en la casa, la recibieron como si fuera una más de la familia y ella encajaba allí como pez en el agua.
-Al fin pipo.
Me dijo mi hermana en la cocina preparando los platos para el postre.
-Una cuñada que me cae bien.
Esa era la última valoración y la más difícil de todas porque para Karla ninguna era adecuada.
Por la noche nos despedimos de todo el mundo y llevé a Evelyn hasta su casa.
Antes de irme quería estar seguro de hacerle saber todo lo que sentía por ella. No tenía sentido disimular lo evidente.
-Estoy enamorado de ti Evelyn.
Le dije mirándola a los ojos.
-Nunca nadie me había dicho eso Marcos.
Me respondió con la voz entrecortada.
-Bueno, para todo hay una primera vez, yo no se lo había dicho a nadie en toda mi vida, así que eres la primera y creo que vas a ser la única persona a la que se lo voy a decir.